Descripción de
los Montes de Segura recogida en los artículos de El observador Serrano. Su riqueza dilapidada por la
Marina, trato vejatorio de ésta a sus paisanos y otros datos estadísticos y
económicos de interés.
Como se ha apuntado en el primer artículo que origina la polémica de la
que trata el capítulo –VI-, el territorio de los Montes de Segura o Provincia
Marítima del mismo nombre, comprendía 41 pueblos. Éstos se relacionan en la
primera columna del cuadro titulado: VISITA DE LOS MONTES DE SEGURA, que se
recoge en el libro citado en la INTRODUCCIÓN, El Ramo de Montes Arbolados de
España, del que es autor Juan de la Cruz Martínez , hijo
de D. Pedro. Seguidamente relacionamos por Comarcas los 41 pueblos referidos:
Ø Comarca del Partido de Segura: Segura de la Sierra, capital con
sus aldeas, Orcera y La Puerta, Hornos y San Miguel de Bujaraiza, Santiago
de la Espada, Pontones, Siles, Torres de Albanchez, Villa-Rodrigo, Génave,
Benatae y Beas de Segura.
Ø Comarca del Partido de Alcaraz: Ciudad de Alcaraz y sus aldeas,
Villaverde, Cotillas, Bienservida, Villapalacios, Villanueva de la Fuente,
Ballesteros, Bonillo, Lezuza, Munera, Peñas de San Pedro, Ríopar y Bogarra.
Ø Comarca del Partido de Yeste: Ayna y su aldea Elche, Nerpio,
Socovos, Ferez, Letur y Yeste.
Ø Comarca de Las Villas Mancomunadas: Villanueva, Villacarrillo,
Iznatoraf y Sorihuela
Ø Comarca del Partido de Cazorla: Cazorla e Iruela, Quesada, Santo
Tomé y Pozo Alcón.
Según datos aportados en los artículos que se siguen, el territorio que
comprendía la jurisdicción de la marina:”....es nada menos que 667 leguas
cuadradas”. La legua como unidad de medida usual equivale 5,573 Km . (legua larga) y
la legua castellana 4,19 Km .
(legua corta). De acuerdo con estas equivalencias, una legua cuadrada equivale
a 31,058 Km2 o a 17,556 Km2; por tanto, las 667 leguas
cuadradas ocupaban una extensión comprendida entre 20.716 Km2 y
11.710 Km2, o lo que es lo mismo, entre 2.071.600 ha . y 1.171.000 ha . Teniendo
en cuenta que la provincias de Albacete y Jaén, donde se asientan en la
actualidad los 41 pueblos relacionados, tienen una extensión de 14.926 y 13.489 Km2
respectivamente, de las superficies calculadas la de error menor es: 11.710 Km2,
que puede estimarse como superficie total de los términos de los referidos 41
pueblos.
Los vecinos de esos 41 pueblos y 12 aldeas eran 26.537, lo que suponía:
“... 103.397 almas, los verán en dos estados que acompaño con los números 1º
y 2º......,que equivalen a decir que salen 40 vecinos por legua cuadrada”.
Que por las equivalencias del párrafo anterior, tomando la menor, resulta una
densidad de población de 2,3 habitantes por Km2. Densidad muy baja
comparada con la actual y sobre todo, con la de la década de los 40 del siglo
pasado, en la que se inició la emigración en los pueblos a los que nos venimos
refiriendo.
Continuando las trascripciones, se dice: “En el estado número 3º el
que tenían los montes de estos 41pueblos y que los empleados del ramo se dieron
por entregados en 1790 de 264.481.053 árboles de todas las clases. Riqueza
asombrosa que han conservado los naturales sin intervención ni desvelo de
guardas y curiales del jurado que 40 años antes se había apoderado de este
tesoro para esterizarlo y hacerlo improductivo. Pues aun hay mas”.
Continua citando la primera visita que hizo la marina “...a estos
preciosos bosque...”, la del año 1750 con el resultado del “....asombroso
número de árboles de todas las especies de 434.451.279” .
Comparando esta cifra con la de 1790 (264.481.053), resulta una diferencia
169.970.226. Número de árboles que era imposible que se cortaran o
desapareciesen en tan sólo 40 años, luego ambos conteos de árboles eran un
aforo muy aproximado, siendo el menos erróneo el segundo por lo que se dice
seguidamente.
Es de suponer, que el aforo del número de árboles que se hacía en
aquellos tiempos, se basaba en muestrear el bosque, contando el número de
árboles y señalando sus especies en pequeñas parcelas. Las medias del conteo se
multiplicarían por las superficies que ocupaba en cada pueblo el arbolado.
Superficies que estamos seguros que los marinos calculaban correctamente, al
ser expertos en matemáticas y cartografía.
Si se da por buena la extensión del territorio de 667 leguas cuadradas,
equivalentes a unas 1.171.000
ha . y se estima en el 90% la superficie arbolada, esta
sería de 1.053.900 ha ..
Dividiendo el número total de árboles de cada visita por la superficie
anterior, resultan: 412 árboles por ha. en la 1ª visita y 251 árboles por ha.
en la 2ª. Esta segunda cifra es coincidente con las existencias del arbolado
adulto actuales, que registran los Proyectos de Ordenación de los montes de las
sierras de Cazorla, Segura y Las Villas.
Por tanto, se puede asegurar, que a finales del siglo XVIII, en los
bosques de los entonces Montes de Segura
existían más de 264 millones de árboles de las especies: Pino
salgareño, Pino ródeno, Pino carrasco, Pino doncel, Robles, Encinas,
Álamos negros, Álamos blancos y chopos, Nogales, Fresnos, Sabinas, Castaños y
Almeces. Casi el 40% de esos más de 264 millones de árboles y en concreto
102.487.704, era el número de árboles de los bosques de la jurisdicción de la
capital de dichos Montes, Segura de la Sierra.
A tan gran riqueza de arbolado, según el articulista, la administración
de la marina no le hacía: “... la mas leve operación de escarda, limpia y
beneficio de los montes que custodiaron por espacio de 500 años los
honradísimos serranos sin la ordenanza de 1748 y la vigilancia de los guardas”.
De lo que se deduce, que desde que la Marina se hizo cargo de los Montes de
Segura, no hizo una sola operación para su fomento y mejora, o lo que es lo
mismo, rompió con la tradición seguida por los honradísimos serranos durante
500 años, que si hacían las operaciones de escarda y limpia en beneficio de los
montes. A ellos se deben que se hayan conservado hasta nuestros días y que
parte de los mismos, los antes Montes de Segura en la provincia de Jaén, formen
hoy El Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas.
Antes de las referidas ordenanzas de la Marina, ya se conocía la esplendida
riqueza por lo que se atestigua en los artículos cuando se escribe: “Saber
que por los años de 1733, el ingeniero director de la fábrica de tabacos de
Sevilla D. Diego Bordié, después de reconocer las maderas de varios edificios
de dicha ciudad procedentes de los montes de Segura, declaró que estas eran muy
superiores a las extranjeras...”. Por esto se hizo una navegación de dichas
maderas hasta Sevilla para el suministro de la fábrica de tabacos.
Años mas tarde: “....en 26 de abril de 1738 informó al gobierno el
capitán de fragata D. Juan Valdés, como en el reconocimiento que había
practicado de los pinares de estas sierras, había encontrado árboles de hermosa
madera aptos para arboladura, con tal que se sangrase, se beneficiase y se
preparase cual era necesario; en cuyo medio se ahorraría el Estado las
cuantiosas sumas con las que anualmente contribuye a las potencias del norte
por un artículo, que beneficiado por sus empleados en el ramo, le produciría
ahorros de gran importancia”.
Resaltada por el articulista en los párrafos anteriores la riqueza
forestal de su tierra, pasa a demostrar como los empleados de la marina la
dilapidaban y vejaban a sus naturales, esos honradísimos serranos,
apuntando: “Tener noticias positivas de las estafas y corrupciones de los
guardas, de las inteligencias privada de algunos empleados, de los manejos
ocultos de los curiales, y cediendo todo el daño de los montes y ruina de los
desventurados moradores de estas sierras....”.
Compara a la situación a la que se había llegado con una cita
evangélica, dice: “Yacían los moradores de estas sierras, o mas bien los 41
pueblos como el paralítico de la Piscina sumidos en el abatimiento mas
insufrible, y puestos en tributos todos los rendimientos de sus escasas
fortunas para que se hayan regalado los guardas y otros subalternos del juzgado
de montes”.
Dicho juzgado no solo impedía los aprovechamientos madereros a los
vecinos, necesarios para construir o reparar sus casa y sus consumos domésticos
o de labranza, también imponía innumerables
trabas “a los ganaderos de estas sierras; se apoderó (la Marina) en
el 1751 de un terreno baldío donde hizo 12 dehesas para con el producto de sus
pastos pagar los guardas de montes. Esta extensión de dehesas contiene doce
leguas[1] de superficie y es el
sitio más benigno y templado para los
inviernos, donde los ganaderos apacentaban sus rebaños.....”.
Los ganaderos más pobres con rebaños conocidos como atajos
corraleros no podían pagar los arbitrios de pastos de Guadalmena y
al no bajar a Sierra Morena, “....En los tiempos crudos y nevosos, sí acuden
a sacar licencia para socorrer a los animales con ramón de encina, son tantas
las formulas y diligencias previas que deben gestionar en el juzgado y los días
que invierten en ir y venir de Orcera que prefieren, o dejar morir de hambre
los ganados, o arrastrar el riesgo que un guarda los vea, y tener que pensionar
los esquilmos del ganado o de la labranza para tapar la boca al famélico y despiadado guarda celador. Tributo de lana,
tributo de queso, de cordero o de alguna oveja o cabra para hacer cocina.....”.
Por todo lo anterior, el articulista recuerda: “Dijeron las Cortes
de Cádiz que, con el justo fin de deprimir los montes y plantíos de dominio
particular de la opresión y servidumbre en que por un espíritu mal entendido de
protección los han tenido hasta ahora las leyes y ordenanzas tan contrarios al
derecho de propiedad, como opuesta a la libre acción del interés individual
imposibilitado por ellas de fomentar esta preciosa parte de la agricultura...”
Por si no ha quedado claro en capítulos anteriores, lo trascrito en el
párrafo anterior, corrobora, que el ideario político de D. Pedro era el de los
liberales de su época. Liberal patriota, no afrancesado, como demostró en la
Guerra de la Independencia y después, enfrentándose con una de las
administraciones más corruptas en el reinado del funesto rey Fernando VII, la
de la Marina, que administraba los Montes de Segura, los de su tierra. Creemos
que con lo escrito, unido a lo expuesto en los dos capítulos precedentes, se resume lo más relevante del contenido de
los artículos publicados en el ECO DEL COMERCIO los años 1834 y 1835.
Diez años mas tarde, el 9 de julio de 1845, EL CLAMOR PÚBLICO, también periódico de la
época, publica un articulo de D. Pedro. En el referido año, habían pasado diez,
de la desaparición del juzgado de la marina de Orcera y sus dependientes. En
1837 el articulista había sido nombrado, como se verá en el capitulo siguiente,
Administrador de los Montes de Segura. Por tanto, conocía la nueva
administración del ramo de montes a la que había servido y por tanto disponía de argumentos para poder
criticarla, pero positivamente, como veremos en lo que se glosa seguidamente.
En esa crítica, entre otras cosas, reitera:”...las de privar al
erario público del enorme ingreso de más de 70 millones que es lo que
conceptuamos puede rentar el ramo de montes en España bajo una administración
tal cual razonada y discreta”.
Para después preguntar al Ministro de Gobernación de la Península: “¿Qué
obstáculos dificultan la publicación de su sabido código de bosques y plantíos
cuya falta tanto sentimos?. ¿Se desea por ventura acabar con los preciosos
montes de España?. ¿Se quiere tal vez agravar la situación espantosa que nos
amenaza por la asombrosa falta de arbolados que se experimenta?. ¿Porqué se
desprecia esta inmensa riqueza cuando tan angustiosa es nuestra situación y tan
exorbitantes los impuestos que gravitan sobre toda clase de industrias....”.
Y sigue preguntando: “¿Falta valor para acometer una reforma que con
tanto interés pedimos que tan ansiosamente solicitamos?. ¿Falta saber, falta
patriotismo, falta voluntad para dispensarnos tan señalado bien?. Y si no
existen obstáculos que vencer y tan evidentes y provechosos son los resultados
que nos ha de producir la buena administración del ramo de montes, si hay
valor, patriotismo y voluntad para acometer las reformas y para llevarlas a
término que decididamente demandan los adelantamientos de la ciencia y las
apuradas circunstancias que nos rodean....¿Porque no se hace?.
A la pregunta anterior sigue: “Enmudecemos a esta pregunta porque ni
aun siquiera acertamos a darnos la satisfacción ni decisiva contestación.
Dejamos al tiempo el descubrimiento de este misterio, la aclaración de una
conducta que por ahora no nos atrevemos a calificar, y volvemos al desempeño de
nuestra comenzada tarea”.
Continua remarcando: “...el decoro y la honra de una nación que ha
sido la reina del mundo por espacio de dilatados siglos, la vemos actualmente
con el mas profundo dolor y con la mas santa indignación constituida en la
categoría de una potencia de segundo orden. En nuestro presente lastimoso
estado de cosas públicas, el ministro de Gobernación de la Península....dejar
en proyecto las disposiciones que pudiera publicar para la formación de un
establecimiento tan útil y perdería su prestigio en el país, que asistido de un
derecho incontestable, pediría estrecha cuenta de una falta tan grave, a fin de
que el servicio público a que se destinan resulte hecho con regularidad,
exactitud y sin entorpecimientos”.
El servicio público al que se refería el articulista, como el lector
habrá supuesto, no podía ser otro que la reforma de nueva administración del
ramo de montes, que tan bien conocía por haberla servido desde el año 1837,
como se decía antes, hasta el de 1840, como se dirá mas adelante. Pero dejemos,
como venimos haciendo, que el articulista con sus propias palabras nos lo
explique.
“Nosotros desembarazaríamos a los Jefes políticos (Gobernadores) del cuidado y trabajo que ocasiona la administración
particular del ramo, dejándoles sin embargo la inspección y vigilancia que las
ordenanzas pudieran concederles como representantes que son de cada provincia
del poder ejecutivo. Pero una vez establecida de la manera que vamos a
manifestar a seguido, la escuela especial de bosques, aguas y plantíos, con el
carácter de oficina superior administrativa del ramo de montes...”
Recoge el articulista, la antorcha que había dejado al morir en el año
1839, su amigo D. Antonio Sandalio de Arias. Que no era otra, que la necesaria
creación de la Real
Escuela Central de Montes y Aguas. A la que
también se refiere su hijo en su libro publicado 10 años después, Estudios
sobre el Ramo de Montes, como se decía reiteradamente en el apartado Fuentes
familiares en la INTRODUCCIÓN.
Con respecto a la referida escuela, apunta: “Cualquiera que sean las
bases que puedan adoptarse para la formación de la escuela especial de
ingenieros, ello es que por nuestra opinión debe darse a la misma la facultad
superior directiva del ramo, determinando muy particularmente las relaciones y
reciproca inteligencia que debe haber entre estos empleados superiores y los
comisarios y de estos con los subdelegados de partido y comarca a fin de que el
servicio público a que se destina resulte hecho con regularidad, con exactitud
y sin entorpecimiento”.
Planifica también la nueva administración del ramo de montes, creando
en cada provincia uno o dos distritos administrativos de montes, lógicamente
según la riqueza y extensión de los baldíos y realengos, es decir, los montes
que se consideraban de propiedad estatal, parte de los mismos eran los Montes
de Segura, antes de la
Marina. Se subdividirían cada distrito en las subdelegaciones
necesarias que requiriera su extensión e hiciese ágil la nueva administración
del ramo de montes.
La planificación anterior según el articulista supondría en todo el
territorio peninsular, los territorios de Ultramar los obvia, 98 comisarías o
distritos administrativos y 196 subdelegaciones. “De modo que arreglado el
personal de la escuela central de ingenieros y establecimientos subalternos en
la forma y con la dotación que exprese el siguiente presupuesto de gastos,
vendríamos a parar que toda nuestra administración personal de montes costara a
la nación la cantidad de 7.200.000 reales, a saber:
La escuela especial directiva de ingenieros de bosques, aguas y
plantíos se compondrá de un director con 86.000 reales anuales de sueldo, tres
catedráticos con 20.000 cada uno, un secretario con 14.000...., dos porteros
con 4.000 cada uno. Las comisarías deberían componerse de un comisario con
10.000, un perito visitador con 6.600,...., y seis guardas menores con 1825
reales cada uno. Las subdelegaciones con un subdelegado con 4.400 reales, un
perito guarda mayor con 2.560 y otros seis guardas.
Resumen:
■ Gastos de la escuela especial 135.520
rs.
■ “ Comisarías 3.131.100 rs.
■ “ Subdelegaciones 3.510.360 rs.
■ “ de escritorio 423.020
rs.
Total 7.200.000 rs.
La planificación y presupuesto anterior, a juicio del que esto escribe,
Ingeniero de Montes al servicio de la Administración Forestal
española por más de 40 años, después de conocer la claridad de ideas y
pragmatismo del biografiado, tiene que lamentar, que las muchas personas que han
dirigido dicha Administración durante tan largo periodo, desde Ministros a Directores Generales, no pueden comparase con
el observador Serrano, a todas las rebasa en valía y fuerza de voluntad.
Ésta queda patente en los artículos que glosamos, así como su perseverancia en
la defensa de su tierra y de sus paisanos.
Después de la digresión anterior continuamos trascribiendo: “En
vista del resultado que nos proporciona el presupuesto de gastos de un ramo de
prosperidad tan entendible. ¿Qué auxilio da hoy el gobierno al ramo de montes?.
Si para juzgar la cuantía de estos auxilios nos concretamos a lo que se recauda
en la provincia de Jaén que es una de las mas importantes en la materia porque
en su demarcación tiene los soberbios bosques de Segura, Villacarrillo,
Cazorla, etc., habremos de confesar que los productos del ramo de montes son
actualmente bien despreciables e insignificantes”.
Lo que afirma en el párrafo anterior lo aclara en el siguiente, al
escribir: “Las administraciones de montes que se encuentran establecidas en
la provincia de Jaén, son la importante de Segura y Cazorla, la de la Carolina,
y la de Andujar ,
y que la cantidad de productos que se han recaudado en dicho ramo desde 1840
que fue cuando se establecieron y dotaron estas administraciones hasta el 28 de
mayo último (el de 1845). ¿Lo ignora el gobierno por ventura?
No puede creerse, pero si ello es así, consignaremos aquí la cantidad
que componen todos los productos de los ricos montes de la provincia de Jaén en
los 65 meses arriba anotados (5 años y 5 meses), es
de 166.362 rs....”
Por último, en el artículo que venimos siguiendo publicado en EL CLAMOR
PÚBLICO, se repite el texto: Cálculo de lo que puede producir el ramo de
montes en España, al que precede unos datos económicos y entre ellos, la
valoración en reales de la producción de
los montes del partido de Segura, que se recoge en la relación siguiente:
VALORACIÓN
EN REALES DE LA PRODUCIÓN
DE LOS
MONTES DEL PARTIDO DE SEGURA
Reales
─” La venta de
maderas para O. P. que podrá realizarse en
este partido de Segura 30.000
─ Las fustas a
razón de 4 rs. por par de bueyes y
3 por par de mulos etc. de labor 12.000
─ La pez,
alquitrán, resina, miera, etc. 5.000
─ El carbón y el
cisco 6.000
─ La enajenación
de maderas a particulares 8.000
─ Los cuartos o
dehesas del arbitrio de Guadalmena 40.000
─ El uso y
aprovechamiento del ramón de Guadalmena 6.000
─ La renta de terrenos baldíos 4.000
─ La venta de
vinagre, cáscaras, etc. 800
─ Y últimamente
las multas y condenas pecuniarias
que se imponen a dañadores 13.000
Siendo
el total 134.800"
En este capítulo y en los dos precedentes se han glosado los artículos
de D. Pedro, publicados en los periódicos ECO DE COMERCIO y CLAMOR PÍBLICO.
Artículos que demuestra claramente sus conocimientos en el ramo de Montes, que
lo catalogan no sólo en el Primer especialista en Economía forestal de la
Sierra de Segura, como se ha apuntado, sino también como notable Geógrafo
e Historiador de dicha Sierra, su
tierra.
También los artículos referidos reflejan la calidad literaria de su
Autor, muy especialmente por su amplio vocabulario y claridad descriptiva. Y no
sólo eso, sino su personalidad y carácter fuerte, que no se amilana en criticar
la corrupta administración de los montes de su tierra, que llevó a cabo la
Marina, la conocía bien, por haber sido durante seis años Escribano de Numero
del Juzgado de Montes de la Provincia Marítima.
En el capítulo siguiente se describe su ejecutoria como Administrador
de dichos Montes, cargo sin duda conseguido por la crítica referida y sus
conocimientos en Ramo de Montes y muy especialmente los de su tierra.
-
IX -
El Celoso e
Ilustrado Administrador de los Montes de Segura. Defensor de los montes del
Estado y Conservador de sus arbolados.
“....en el año 1837 se puso al frente de la administración de montes un hombre cuya apología no me permiten hacer los sagrados vínculos
de sangre; y que por espacio tan largo no ha cesado de hacer presentes al
Gobierno esto males..., ni tampoco oyeron las fundadas comunicaciones del
ilustrado administrador de Segura don Pedro Fernando Martínez, el que sin
guardas, sin manos auxiliares, sin nada absolutamente, ha sabido si no cortar
el mal de raíz...., por lo menos contenerlo acertada y prudentemente”.
La alarma de pueblos y propietarios
en que se realizasen operaciones de deslinde, que apunta el celoso
Administrador, se debía, a que tanto los montes de los pueblos como de
particulares se habían ensanchado, usurpando terrenos del Estado, antes de la Marina. Usurpaciones ,
unidas a los destrozos que se hacen durante las guerras Carlistas, que duraron
seis años y que le hacen escribir a su hijo lo que ya se ha trascrito y ahora
nuevamente se repite: “...en el año de 1836, los Ayuntamientos, los
particulares, todos se persuadieron de que la hora de destruir los montes había
sonado, y así fue que las talas y cortas de árboles de aquel año y siguientes
son asombrosas, sin exageración”.
Como queda claro en el párrafo
anterior, para el Perito Agrónomo y Catedrático de Agricultura, la poca ley al
estudio de la ciencia agronómica unida a la ignorancia de sus contemporáneos,
incluyendo a los gobernantes, era la causa del atraso en el fomento de los
montes y su aprovechamiento. A pesar de que en el Ministerio de Fomento se
creara la Dirección General
de Montes. Ese fomento de los montes y entre ellos los de su País, los Montes
de Segura, lo fundamentaba en las dos visitas a dichos montes realizada por la Marina. La primera, el
1º de septiembre de 1751, por D. Alejo Gutiérrez de Rubalcaba con el resultado
de “…más de cuatrocientos millones de árboles de utilidad y provecho para la
nación”, de la
que ya hemos dado constancia. La segunda visita, de la que también se ha
dado constancia, practicada en el año 1789 por D. Juan Pichardo, el inventario
totalizaba 264.183.033 árboles, como quedó reflejado anteriormente.
Una de las últimas preguntas, la 9ª, se refiere a la ganadería, de la
que se trascribe, lo que sin duda informó D. Pedro: “Antes de 1808 se hacían
recuentos de ganado, consultando estas listas se podría decir algo sobre esta
pregunta; pero sería difícil adquirir datos de aquel tiempo porque en los
Ayuntamientos no es uniforme la práctica del disfrute y adjudicación de
pastos..., en otros (Ayuntamientos) se subastaban sin dar preferencia a
los dueños de cortos rebaños atajos corraleros que se sabía ciertamente el
número de cabezas de cada especie”.
El aumento o disminución de la ganadería, según el informe que
seguimos, se relacionaba con el sistema agricultor y pecuario de algunos
pueblos, donde los ricos labradores habían tenido más “...influjo y
preponderancia en las disposiciones económico-políticas...”. Entre esas
disposiciones, las que más habían influido en la disminución de la ganadería
eran las “...esaciones y requisas de carne para las tropas, han sufrido los
ganados un duplo de contribución que los otros ramos de suministros; y han
venido menos”.
Al final de la contestación a la 9ª pregunta, se hace referencia al celoso e ilustrado Administrador, como se trascribe a continuación: “Por
varios informes tomados de personas inteligentes y versadas en negocios de esta
especie, como ya el repetido Martínez, resulta, que en la sierra se podían
apacentar medio millón de cabezas; y que en otros tiempos habían existido
3.000? (serían 300.000), mas en el año 1818 no había ni aun la tercera
parte”.
En la contestación a la última pregunta, la 10ª, se hace referencia a
lo que ya se apuntó anteriormente, que la Junta formada para la única
contribución, el 30 de Abril de 1756, calculó que se labraban 73.399.959
fanegas de tierra en las 22 provincias en que se dividía en aquellos tiempos la superficie Peninsular. En
lo se refiere a la provincia de Jaén, ni D. Pedro, como Catedrático de
Agricultura y Diputado provincial, ni el Gobernador, pudieron aportar cifras
sobre la superficie cultivada e inculta y se da como disculpa la siguiente: “fácil
es comprender que teniendo hoy por imposible al menos con la urgencia que se
necesita, reunir los datos que indican las anteriores preguntas, lo es
absolutamente contestar a la última”.
Aunque como se dice más arriba, el Catedrático de Agricultura no
aportase al Gobernador Civil de Jaén datos sobre superficie cultivadas e
incultas, de estas últimas si debía tener datos sobre su producción, ya que es
recogida en el periódico el ECO DEL COMECIO,
en el artículo titulado: De lo que puede producir el ramo de montes en
España, glosado en capítulo – VII - . También en el capítulo – VIII – se estima
la extensión de los Montes de Segura en 667 leguas y como D. Pedro participó en
la división provincial, él si conocería de esa superficie la que correspondía a
las provincias de Albacete y Jaén.
[1] Las 12 leguas de superficie, según las
equivalencias antes dadas, serían unos 211 Km2,
o lo que es lo mismo, 21.100
ha . de Sierra Morena, que se conocía y conoce, como pastaderos de Guadalmena.
[2] Como ha quedado reflejado en el capítulo anterior, a cargo del celoso e ilustrado Administrador estaban los importantes montes de Segura..
Los montes de la Carolina y los de Andujar, también en la provincia de
Jaén, tenían otro administrador
[3] Al decir del
Partido de Segura, se excluyen los de Cazorla, a pesar de lo que se dice en la Nota 28.
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