BROTES DE OTOÑO

DEDICATORIA
A mi entrañable y activo Profesor de la Escuela la Escuela de Adultos, D. Francisco López Mejía, por su estímulo y denodado esfuerzo para la realización de ésta mi modestísima obra.



MI EXCELENTE PROFESOR

Francisco, mi Excelente Profesor:
Entregado de lleno a tus adultos,
borrando la tenaz tacha de incultos
al rústico labriego y al pastor.
Rebosante de anhelo y gran amor
en aulas del Tobazo y del Robledo,
impartes sabias clases de rigor.
Tus lecciones amenas, amigables,
son fuertes inyecciones de cultura
impregnadas de grata simpatía.
Tres horas que resultan deleitables.
Nos transmites sin pausa ni presura
la esencia de tu gran sabiduría.

PRÓLOGO

Para unos, la vida pasa sin realizar parte de sus ilusiones, para otros pasa sin dejar huella en el camino; sin embargo, hay gente que por su personalidad, por su trayectoria, por querer y poder romper barreras culturales, labran esperanzadoras ilusiones y logran pisar fuerte.
Uno de este reducido grupo de hombres y mujeres es el autor de este libro, gran autodidacta, que con su publicación ve colmar de satisfacción un laborioso trabajo realizado altruistamente en pos de la cultura de su entorno.

En Sebastián brota la poesía popular, poeta de tradiciones, poeta de los pueblos de su Sierra de Segura, poeta vivo, poeta identificado con sus raices, poeta inconformista, poeta del amor..., es tan rica y diversa su obra que se puede decir que es una poesía de todos y para todos.
FRANCISCO LÓPEZ ME]ÍA Profesor de la Escuela de Adultos

TESTIMONIO

Mi ánimo rejuvenece,
como un colegial me siento
asistiendo a intensas clases
de Graduado en este Centro.



De esta agradable experiencia
guardaré un feliz recuerdo.
Qué excelentes profesores,
y qué buenos compañeros.

Nací entre encinas y olivos
en cortijo solariego,
me crié con las faenas.

Tres años tuve colegio.
Del paso hacia los estudios,
las puertas no se me abrieron;
no hubo allí otra alternativa
que la yunta y los aperos.

Opiniones ya caducas
clara preferencia dieron
a apoyar la economía
y no a los libros de texto.

Mis años de adolescencia
y juventud transcurrieron
sin contacto con las letras,
dedicados por entero
a extraer de aquel terruño
indispensable sustento.
Y así seguiría mi vida
buscando un futuro incierto,
alternando en profesiones,
mas, de la docencia, lejos,
hasta que hoy ya jubilado
corren otros aires nuevos.
Hoy que la Escuela de Adultos
me brinda conocimientos,
aprovecho la ocasión
aunque sea fuera de tiempo.

Antes cultivé la tierra
luego cultivé el comercio
y hoy quiero que la cultura
ocupe mis instrumentos.
No es que piense avanzar mucho,
...lo que dé mi entendimiento,
pero si Dios lo permite
pienso seguir con empeño.

De lo que ya he aprendido
me encuentro muy satisfecho.
Un alumno que soporta
catorce lustros de peso.

PRIMERA PARTE

CANTOS DE AMOR

Amor profano

Amor fraternal

Amor al Terruño, a las cosas

MENSAJE DE AMOR
Viento impetuoso que vuelas
desde el mar a la montaña,
gira con rumbo a mi pueblo
donde se encuentra mi amada.
Llévale mi fiel mensaje,
sinceros brotes de mi alma
que quieren llegar a ella
y lo impide la distancia.
Si hallas cerrada su puerta,
penetra por la ventana;
dile que de amor me muero
privado de contemplarla
por estos mundos de Dios
donde el destino me manda.

Haz que sus ojos sonrían,
transmítele mis palabras,
mi saludo con suspiros
que mi corazón exhala.
Absorbe por verdes campos
de las flores la fragancia
y envuélvela en los aromas
de las olorosas plantas.
Un beso arde en mis labios,
tómalo, no se te caiga
y estámpalo con dulzura
en sus mejillas rosadas.

No vayas a equivocarte
e importunes a otra dama.
Tiene cabellera de oro,
ojos de verde esmeralda
dulce sonreir de ángel
y rostro de inmaculada.

COMO A LA REINA DEL CIELO

Dame almíbar de tus labios,
de los míos te daré fuego
que encienda tu corazón;
el mío, encendido lo tengo.
Dame tu corazoncito
que llene mi vacío pecho.

Mi corazón inflamado
de amor fructífero y tierno,
lo capturó tu hermosura,
me lo has hecho prisionero.

Solicito tus caricias,
yo, suaves te las ofrezco.
Me tienen como hechizado
los encantos de tu cuerpo.

Cambiemos dulce sonrisa,
cambiemos ardientes besos,
dame un poquito de amor,
el mío, te lo doy entero.

Quiero que con tu cariño
se inunden mis sentimientos.

El alma se me deshace
adorándote en silencio,
y a cambio sólo te pido
un "TE AMO" muy sincero.
Yo quiero que tú seas mía
y a cambio, yo te me entrego;
la felicidad completa
se hace dando y recibiendo.

Si me aceptas estos cambios,
muy de veras te prometo,
mi veneración perpetua,
como a la Reina del Cielo.


MIS ENVIDIAS

Envidio la lencería
que eliges para tu ajuar.
¡Si así fuese yo elegido
para poderte arrullar!

Cuánto envidiaré la suerte
de las ropas de tu cama
para poder darte calor
de la noche a la mañana.

¡Quién fuera sábana fina
que me bordasen tus manos
para luego cobijarte
y acariciar tus encantos!

Lamparita de tu alcoba,
¡quién así pudiera ser!
tu nocturno centinela
y luz con que puedas ver.

Le tengo envidia a tu espejo
que contempla cada día
esa cara tan bonita,
reflejo de simpatía.

Quisiera ser como el Sol,
colarme por tus cristales,
penetrar en tu aposento
y con besos, saludarte.

Les tengo envidia a los cuadros
que decoran tus paredes
por adorarte en silencio
y ver si velas o duermes.

Quisiera ser la medalla
que llevas colgada al cuello,
con mis brazos por cadena
y reclinarme en tu seno.

¡Qué envidia le tengo al hombre
que sea el dueño de tu amor.
Cuántos besos te daría
si ese galán fuera yo!

Si la envidia es un pecado
yo iriá al infierno derecho.
TÚ me puedes liberar
dándome albergue en tu pecho.
¡No me dejes condenar!

Mis envidias te confieso;
espero de tu clemencia
que una letanía de besos
me impongas de penitencia.



LETRILLAS PARA JOTAS SERRANAS


Los encantos turbadores
de ese tu cuerpo hechicero,
quisiera que fueran flores
y yo ser el jardinero.

Con tu escote a la cintura
y tu alucinante encanto,
tu fascinante hermosura
le hace pecar al más santo.

Provocarme te divierte
con desnudo coqueteo
y al llegar al plato fuerte
te me quejas de mareo.

No presumas de decente,
desecha falsos temores
y amémonos tiernamente
entre las tímidas flores.

Estribillos

A tu ventana llego
con mi guitarra;
ábreme ya la puerta,
luz de mi alma.

En la calle hay escarcha,
abre tu alcoba
y hazme sitio en tu nido
blanca paloma.

A saludarte vengo
muy de mañana;
¿me escuchas ya despierta
guapa serrana?

Si tu madre no quiere
que hables conmigo,
calladitos nos amamos
como castigo.


CANTA ELLA:

Al escuchar tu canción
tan altiva y arrogante,
me dice mi corazón:
"A ver si echa palante".

Me cantas con frenesí
y replica mi instrumento:
"Por ti me cantan a mí
con tan vivo sentimiento".

Eres un tipo atractivo,
presumido y altanero,
pero muy poco impulsivo;
yo no sé por qué te quiero.

Te plantas suspenso y quedo,
¡torito de poca casta!
que cuando entras en el ruedo
con un pase, ya te basta.

Estribillos:

Tus cantares altivos
escucho alegre;
pasa cariño mío,
no te me hieles.

En tus cantares brindas
mucha esperanza,
pero todo se queda
en alabanzas.

Si de verdad me quieres,
dame una prueba,
que el viento a las palabras
siempre se lleva.

Con tus piropos muestras
muchas agallas,
pero en demostraciones,
vas por las ramas.


COPLILLAS DE AMOR EN HONOR A SAN VALENTIN

Rézale a San Valentín
para que mi amor no muera,
que yo, ya le estoy rezando
para que tú a mí me quieras.

No sé si eres muy bonita
o es que me haces mucha gracia
que desde que te conozco,
me tienes robada el alma.

Mi corazón ya no es mío,
tú lo tienes prisionero
con la fuerza de tu encanto,
tu ternura y tu salero.

Mi alma tiene una herida
que me lacera en silencio,
y sólo puede curarse
con bálsamo de tus besos.

Dentro de mi pecho tengo
una ventana redonda,
donde para contemplarte
mi alma siempre se asoma.

La sonrisa de tus labios
con una dulce mirada,
hacen desbordar la dicha
en mi alma apasionada.

Cuando estoy lejos de ti
a la Virgen pido ayuda
para poder soportar
de tu ausencia, la amargura.

Me acuesto, y en ti pensando,
no sé... si sueño, o deliro;
toda la noche la paso
entre suspiro y suspiro.

Te estoy muy enamorado,
no me cortes la esperanza,
que mi corazón es tierno;
se rompe si no te alcanza.

Te quiero más que a mi vida,
no me niegues tu cariño,
ábrele tu corazón
a mi corazón de niño.

Déjame que te acompañe
de paseo por la pradera,
dime que también me amas
y procura ser sincera.

Si del coral de tu boca
oigo decir que me quieres,
te proclamaré mi reina
entre todas las mujeres.

Cuando tú me das un beso
con tus labios de carmín,
henchido de amor y gozo,
por uno, te daré mil.

Si te veo charlar con otro
se me hielan las entrañas;
nada me haría tanto daño
como si a mi amor engañas.

Hoy es tu santo y el mío,
dediquémosle un rosario;
un beso por cada cuenta
y por cruz, un tierno abrazo.

Un abrazo apasionado
como prueba de tu amor,
a ti no te cuesta nada
y es el regalo mejor.

Hoy te quiero regalar
una blanca y bella flor
como símbolo y reflejo
de lo puro que es mi amor.

Cuando me encuentro contigo
y te miro frente a frente,
me pareces una estrella,
de luces incandescentes.

Sé generosa conmigo,
devuélveme algunos besos;
si tú te los quedas todos,
por avaricia lo entiendo.

Permíteme acariciar
tus encantos seductores
y ponerles como adorno
un fino ramo de flores.

Bendito San Valentín,
gracias por tu protección;
haz que la mujer que quiero
no me haga nunca traición.



CANTO A LA MUJER SERRANA


La Sierra con sus mujeres
es un gran ramo de flores
de aromáticos perfumes
y bellísimos colores.

En la Sierra de Segura
tierra de miel de romero
y de damas con ternura,
tal como yo las prefiero.

A mí me atraen las serranas
de una manera especial,
por su dulzura y su encanto
y su forma de besar.

Los besos de las serranas
con su sabor embelesan;
son como miel y salero
fundidos en un pieza.

Las mocitas de la Sierra
son un derroche de gracia,
inspiración de poetas
y de la flor, la fragancia.

La mujer serrana es bella
tiene infinito valor
por su sencillez y aroma
y su impecable candor.

La valía de las serranas
no se queda en su figura;
es la pureza de su alma,
su gentileza y cordura.



COPLILLAS AMOROSAS

La felicidad me invade
contemplándote de lejos;
¿qué sentiría mi alma
con el calor de tus besos?

Con simpatía arrolladora
secuestra mi corazón
no te acuso de culpable
porque te lo entrego yo.

Por mi delito de amarte
quiero perpetua cadena,
en la cárcel de tus brazos
para cumplir mi condena.

El bello cielo estrellado
tiene un rival vencedor;
es tu inmaculado rostro
tan radiante como el Sol.

Eres la flor más bonita,
esencia de la hermosura,
colmo de exquisita gracia.
Tú provocas mi locura.

Me causa tal desafío
tu sonrisa seductora,
que me haces perder el juicio
altiva perturbadora.

Vente conmigo a esos montes
a buscar hongos y setas;
unos ratos nos amamos,
y otros, llenamos la cesta.

Cuando tú de mí te alejas,
el alma se me desgarra;
eres mi cárcel sin rejas,
mi atadura sin amarras.

Sin ti me muero de pena,
¡encantadora mujer!
Tú me apresas sin cadenas
como imán a un alfiler.

Quisiera que fueras flor,
y convertirme en abeja
por llegar a tu interior
si es que así tú no me dejas.

Ven conmigo, bella flor,
a la pradera florida;
gocemos de nuestro amor
que es la esencia de la vida.

Vámonos tú y yo solitos
hasta la frondosa huerta;
será un placer infinito
amarnos en la floresta.



FELIZ SUEÑO


En tan dulces como memorables sueños
te estrechaba amablemente entre mis brazos
ensanchábase mi alma entre unos lazos
de amor correspondido, ¡qué halagüeños!

Tus pupilas me clavaban su mirada
lleno de gozo mi amante corazón.
¡Qué burlador sueño! ¡Qué vana ilusión!
y qué feliz era mi alma enamorada.

Ardientes besos, sabor cual caramelo
colmaban mi alma de ¡cuán falsa alegría!
al suponerte ¡oh rica perla mía!
por seguir soñando hubiese dado un cielo.

De pronto, no sé por qué, llegó el desvelo,
abrí los ojos, me sumí en la tristeza
al ver lo real, que tú, todo belleza,
no estabas conmigo. ¡Ay qué amargo hielo!

Hoy cuando recuerdo aquel benigno sueño,
recréaseme en él mi alma placentera;
parece verdad, ¡qué dicha si así fuera
y de tanto encanto, ¡ tú me hicieses dueño!

Sumo tu hermosura, ¡cuánta en ti reunida!
Restando mis esperanzas nada buenas,
multiplícante estas mías duras penas
y ¡qué triste queda mi alma, ¡ dividida!



SOÑÉ UNA LÁGRIMA

Soñé ver una lágrima
rodar por tu mejilla
por mi ofensa sospechada,
que tú creíste así,
y aquella gota débil, pura,
inmaculada y cristalina,
como espina clavar mi corazón,
en el alma la sentí.

Seguí soñando que,
haciéndote caricias,
ciego de pasión y conmovido
imploré tu sonreír.
Dibujándose en tu rostro angelical
dulce sonrisa,
en la que mi culpa,
perdonada, yo leí.

Quedámosnos unidos
en el almíbar de un beso...
y así algunos instantes
dejamos transcurrir.
¡Qué halagüeño y meloso
resulta perdonarse
cuando el amor triunfa y vence
como nos venciera a ti y a mí!

¡Cuánta amargura o dicha
puede dar un sueño!
y qué gran satisfacción
la de por amar, sufrir!!



TERNURA

Una bonita mozuela
que se adorna con ternura
es colmo de galanura,
es la miel sobre la hojuela,
culminación de hermosura.

El hombre que halle la suerte
de ver joya tan valiosa
en su apasionante esposa,
mímela, que hasta la muerte
no se marchite su rosa.

La ternura es la ideal
condición que ha de tener
señora o chica juncal
de talante señorial
para ser bella mujer.

Si de tal virtud carece
por muy guapita que sea,
aunque ella no se lo crea,
su mérito languidece
como flor que se estropea.

De la mujer brusca y fría
de áspero temperamento,
se empobrece su valía
si no transmite alegría,
aunque le sobre talento.

Tres parecidos tendría
la perfecta dama hermosa:
A un cantar, en la alegría,
en el candor, a una rosa
y en tierna a la madre mía.

No defenderé al varón
por el hecho de ser hombre;
si es agrio su corazón
y no es tierno en su razón,
no es digno de dicho nombre.



AMOR EXTINGUIDO

Mi corazón ya no ama,
saturado está de engaños,
ya no sirven tus apaños,
se abrasó en ardiente llama.

Entero te lo entregué
con inocencia de niño.
Tú burlaste mi cariño
ocultándome el porqué.

Como a nadie podré amar
te amé en aquella ocasión
pero tú sin compasión,
mi alma hiciste lacerar.

Fingiendo amor verdadero
buscaste otras diversiones
dando suelta a tus pasiones
por perdido derrotero.

Si vuelves arrepentida
yo te concedo el perdón,
pero, jamás la ocasión
de que a ti se una mi vida.

Por el espacio voló
de manera indefinible,
aquel amor infalible
que a tu merced puse yo.

Déjame ya en mi condena,
no refresques mi dolor;
que en mí expiró aquel amor
de quién heredé esta pena.

DOS HERIDAS

Mi alma tiene una herida
que gota de hieles sangra,
herida que tú me hiciste
de manera despiadada.

Yo te quise con locura,
tú me decías que me amabas,
tus gratísimas promesas
luego resultaban falsas.

Mis besos te complacían,
mis caricias, te halagaban
y mi corazón amante
de dicha se emborrachaba.

Pero tú sin corazón,
o vacío, cual de una caña,
probaste otras aventuras
por veredas descarriadas.

Por un deseo sin amor,
porque el amor no reinaba,
fácilmente seducida
por quien bien nunca te amara,
traicionaste mi cariño
y me volviste la espalda.

Como cosa presumible
cuando el amor no acompaña,
con muy similar moneda
has llegado a ser pagada.

Hoy, dos corazones lloran
por dos idénticas causas;
dos puñaladas profundas
dadas por la misma daga,
dos llagas que no se cierran,
dos heridas que no sanan.

¡Qué difícil de curar
son las heridas del alma!



RECUERDO NOSTÁLGICO
Mi aventurilla primera.

En mis hondas soledades
aun con pena, me deleita
el recuerdo inextinguible
de la memorable gesta.

Feliz espléndida tarde,
el baile en una amplia era,
tarde de gratos recuerdos,
tarde inolvidable aquella
de celebración de boda
en serranilla aldehuela.

De quién nos acompañaba
en la campesina fiesta,
no se quedó en mi memoria,
sólo la recuerdo a ella;
deslumbrante, arrolladora,
sorprendentemente bella.

El candor de su mirada,
y su angelical semblante
que a mí cautivo me hiciera,
era reflejo de un alma
limpia, inocente y sincera.

Mi alma, como hechizada,
embobada y prisionera
saturábase de dicha
adorando a aquella estrella,
atónita comtemplando
su fascinante belleza,
su mirar de enamorada
con infinita elocuencia.

De aquella rosa fragante,
blanca flor de primavera,
el aroma que exhalara
en mi alma se condensa.
Sus ojos maravillosos,
(su recuerdo me embelesa)
chocaban contra los míos
dejando imborrables huellas.

El vientecillo movía
su rizada cabellera
acariciándole el rostro
encendido, de azucena.

Atraídos mutuamente,
compartiendo dicha inmensa,
nos mecíamos enlazados
al son de vibrantes cuerdas
de una guitarra andaluza,
bravucona y altanera,
que en manos enardecidas
desgranaba sus cadencias.

Iniciamos un paseo
por accidentada senda
aprovechando el descanso
de la peculiar orquesta.

Procuramos soledad
que a veces resulta bella,
separándonos del grupo
de la tropa bullanguera.

Avanzamos silenciosos
hasta una fría fuentezuela
que chorreaba tarareando
su balada predilecta.
Lejos de preocupaciones
y olvidados de la fiesta,
tomamos plácido asiento
sobre unas peladas peñas
con las almas inundadas
en un mar de complacencia,
de amor joven, vigoroso,
todas las medidas llenas;
nos lo decían nuestros ojos,
en el mirar se demuestra;
las palabras se ahogarían
ante emoción tan intensa.

¿Por qué mi voz se cortaba?
¿Por qué se ataba mi lengua?
Quedándose a veces muda
y en otros casos tan suelta.

Al fin, mi pasión de fuego
pudo quebrantar barreras;
le dije que la quería
con timidez y voz trémula.

Inútil declaración,
si menester ya no era
porque mi amor era claro
aunque sin palabras bellas.

No sé... con timbre de miel
lo que ella me respondiera;
creí leer en sus ojos
la dulce ansiada respuesta.

El gorjeo de pajarillos,
en arbustos y praderas,
fina brisa de Occidente
suave, perfumada y fresca
y el zumbido melodioso
de laboriosas abejas
que revolaban activas
buscando en la flor el néctar,
amenizaban la tarde,
tarde de venturas plena,
tarde de gran regocijo,
de alegrías y sana gresca.

A lo lejos un riachuelo
surcando la fértil vega,
quería arrullar nuestro oído
con sus melodías eternas,
con rumor quejumbroso
retumbando en las laderas.

La vida nos sonreía
de indescriptible manera.
¡Qué colmo en felicidad!
¡Qué dulce aquella vivencia!
¡Cómo se ensanchan las almas
cuando por la dicha ruedan,
y qué hermoso el amor
en su aparición primera!

Un beso tímido y tierno
cuyo calor aún me quema,
pugnaba buscando labios
por sellar bellas promesas,
mas, no podría acariciar
aquella mejillas tersas;
fue aprisionado y ahogado
por asesina prudencia.
Temía el Sol a ser testigo
de alguna amorosa escena,
o mi gozo le dio envidia
y huyó por no padecerla
tras las crestas empinadas
de la sierra gigantesca,
cediendo campos azules
a las confusas tinieblas.

¿Por qué aquel sol fugitivo
no detuvo su carrera
y haría perpetuar el día
más feliz de mi existencia?

La tarde cara al abismo,
se hacía parda la floresta;
un sello rojo-sangriento
en la calva de la sierra,
del sol viejo, agonizante,
anunciaba la presencia
de la noche tentadora
con su manto gris a cuestas;
unas veces desafiante,
otras, romántica y tierna.

Medio pelotón de luna
entraba de centinela.
Muerto ya el rey del espacio,
de luto nuestro planeta,
el firmamento encendía
faroles para la vela,
cuando ella, sabios consejos,
entonces me los recuerda,
y escondidos entre sonrisas
dos enmascaradas penas,
hubimos de separarnos.
¡Qué corta la tarde aquella!



MI ACEITUNERITA

Mi sufrida aceitunera,
mi aceitunerita amada
que al apuntar de la aurora
dejas las calientes sábanas
y sales con tu esportilla
desafiando a las escarchas
que te flagelan el rostro
inclementes, con sus barbas.

Tus mejillas se enrojecen
y a veces brota una lágrima
de tus preciosas pupilas
que la fuerte helada arranca.
y esas manos ateridas
entre rosadas y blancas,
se tiñen con alpechines
de aceitunas congeladas
que bajo los cero grados
dan la bienvenida al alba.
¿Por qué tú has de sufrir tanto
arañando tierra helada
y has de trabajar tan duro
mientras multitud de damas
disfrutando privilegios
con gran confor se regalan?
¡Es que a lo más digno y bello
la suerte vuelve la espalda!
Tu sufrimiento es el mío,
¡mi aceitunera abnegada!
Tú lo sientes en tus carnes
y a mí me lacera el alma.

Yo quisiera, en los olivos,
mansión de tu gris jornada,
erigirte un bello altar
como a una imagen sagrada.



LUNA BELLA

¡Cuántas noches me diste tu compañía,
Reina de estrellas!
Pernoctando en el campo, entre las mieses
sobre las eras.
Te contemplábamos rubia, resplandeciente
cual las candelas.
De trasnochada, descansando del peso
de las faenas.
Con una manta cubriendo la dura cama
de pura tierra.
En vigilancia de las dóciles yuntas
paciendo hierba.
Alumbrabas mis pasos por los rastrojos,
mi luna bella.
Yo te admiraba en tus ensanches
y cuando menguas.
Dominicales viajes, muchos hice contigo
desde la aldea.
Donde moraba la dueña de mis amores,
hoy compañera.
Con tus reflejos del Sol fogoso embellecías,
tenue y serena,
sus aceitunados ojos, bajo los rizos
de tu melena.
¡Cuántos recuerdos veo en ti reunidos,
dorada reina!
Preciosa luna, siempre incansable
girando vueltas.



NOCHE BUENA

Se desborda de alegría
nuestro terrenal planeta.
Hoy florece una maceta
en el vientre de María.
La Virgen que Dios vería
digna para que en su seno
se gestase el Nazareno,
quien rebosante de amor,
quiso ser el Salvador
del que le sigue y es bueno.

¡Oh Divino buen Jesús
que naces en un portal,
siendo Tú Rey Celestial,
con sentencia de una cruz!
Alúmbrame con tu Luz
el camino más certero.
Quiero seguirte, sincero,
y hasta Ti deseo subir
y eternamente vivir
contigo, Dios verdadero.

Con el alma limpia, inocente,
pastorcillos en Belén,
te adoran, ¡Fuente del bien!
y los tres reyes de Oriente.
te buscan humildemente
guiados por una estrella.
Ponme a mí otra como aquella
que me conduzca hacia Ti.

¡Nunca te apartes de mí,
que tu compañía es tan bella!


AMOR A DIOS ES AMOR A HERMANOS

Soy de Dios, a Dios me debo,
quiero seguir su camino.
Cual mi origen, mi destino
será Dios si su cruz llevo
y si de su cáliz bebo
amando a quienes son mis hermanos
como Cristo a los cristianos.
Dejónos preceptuado:
"Como yo os he amado
que os améis los humanos" (Jn, 13-14).
Sacrificio es el amor
mas, siempre, ¡cosa tan bella!
Cuando amo tras la querella
¡qué feliz me hace el Señor!
Mi alma siente el calor
del Cielo, agradecimiento;
y cuando no amo, siento
frío mi caminar, sombrío
como escarchas del rocío
que congela el Firmamento.
¡Qué grande satisfacción
se siente, por Dios, amando
a nuestros hermanos, cuando
nos lo manda el corazón,
y otorgándole el perdón
a quien nos hace ultrajar.
¡Es tan dulce perdonar!
que siempre quisiera ofensas
por saborear recompensas
que sólo Dios puede dar.



A JESUS CRUCIFICADO

¡Oh dulce Jesús mío
que cuelgas de un madero
sujeto por tres clavos
de vil y duro acero!

Sólo por nuestras culpas
en esa cruz te vemos
coronado de espinas
por redimir tu pueblo.

Por cruel golpe de lanza
ese costado abierto
y en tu mirada, amor
a quienes te prendieron.

Cargado de perdones
para irlos repartiendo
si en Fe te los pedimos
como hizo el ladrón bueno.

En tu triste agonía,
ni a meditar me atrevo,
pensando que de ella
yo, culpa también tengo.

Quisiera, Buen Jesús
dejar tibieza y miedo
y unirme siempre a Ti
siguiendo tu sendero.

Quisiera enardecerme
como ellos, Pablo y Pedro,
y de tu fiel mensaje
ser el más vivo ejemplo.

Quisiera valentía
como otros la tuvieron;
confío en que me ayudes,
con fuerzas mías no cuento.

Quisiera iluminarme
con Luz de tu Evangelio,
y ser de tu doctrina
ferviente pregonero.

Quisiera tu amistad
si tu perdón merezco,
y ya nunca ofenderte,
contigo, ser sincero.

Quisiera enamorarme
de Ti, de tus preceptos,
y abrazarme a tu cruz
hasta alcanzar tu Reino.

Quisiera ya en resumen
ser tuyo, todo, entero;
si Tú me diste vida,
Tú debes ser mi dueño.





CANTO A NUESTRA SEÑORA DEL PILAR
(Patrona de Cortijos Nuevos)

¡Oh Virgen del Pilar, Reina y Señora,
modelo de pureza y perfección!
Tú avivas nuestra fe en la religión
de tu Hijo, por su Sangre Redentora.

Cortijos Nuevos, fiel te conmemora;
te venera en solemne procesión.
Te imploramos tu Santa Bendición.
Derrámanos tu Gracia bienhechora.

En tu honor, esta fiesta celebramos,
por tu Imagen, tus hijos, presididos,
en sagrada y querida fiesta santa.

Jubilosos y alegres te aclamamos
por tu amor, entregados y rendidos.
El pueblo enardecido que hoy te canta.





MI NIÑA ELISA


Mi niña Elisa es perla invalorable,
derroche de donaire y gentileza,
un ramito de insólita belleza,
preciosa, de esbeltez incomparable.

Es surtidor de gracia inagotable,
manantial de alegría y de nobleza.
Me emboba con su ingenio y agudeza,
con su humor especial incomparable.

Hasta su alma amorosa es un primor;
orgullo de sus padres y de abuelos
y espejo en que mirarse unos gemelos.

Es perfecta escultura del Creador,
superando a las flores en candor
como Princesa de los Altos Cielos.




GABRIEL Y CARLOS, MIS GEMELOS


Entre todos los niños tosirianos
descuella una pareja de pilluelos;
son Carlos y Gabriel mis dos gemelos,
ejemplo que imitar por los humanos.

Bondadosos, cual dos buenos cristianos,
radiantes, como soles en los cielos,
sagaces, con su humor sin paralelos,
inseparables siempre estos hermanos.

Distínguense mis niños por su amor
y en el colegio son sobresalientes.
Conquistan con su gracia al profesor.

¡Qué geniales, guapitos y prudentes!
Mi corazón se inflama del calor
y la ternura de mis dos valientes.





EL BAUTIZO DE MI NIÑO


Arrullado en sus cálidos pañales
cual la nieve impoluta o el armiño,
sonríe Antonio Jesús, mi lindo niño
requiriendo los mimos maternales.

Precioso, cual las perlas orientales,
en brazos de solícita madrina
va a recibir la Luz, Vida Divina,
la gracia de las aguas bautismales.

Sus padrinos lo acercan tiernamente
al pulcro, inmaculado sacro altar
a convertido en nuevo fiel cristiano.

Sacramento que signa eternamente
y a ser hijo de Dios lo hace elevar
por su Ministro, con su digna mano.





ALICIA EN SU PRIMERA COMUNION


Alicia está radiante de alegría,
de su pecho rezuma la emoción
porque ve realizada su ilusión:
Recibir a Jesús-Eucaristía.

Cristo vivo, nacido de María
hoy se aloja en su limpio corazón.
¡Qué preciosa! Respira bendición.
¡Qué grande para ella es este día!

Alicia, tu blancura inmaculada
simboliza pureza y tu candor.
Ya eres templo y sagrario del Señor.

No lo arrojes jamás de esa morada.
Que tu alma se eternice iluminada
con la llama del Divino Redentor.





MADRE


Madre entrañable querida;
tu alumbras mi caminar.
Con tu amor tan singular
y mirada enternecida,
le das sentido a mi vida.

Madre, te quiero y te adoro,
tú eres mi vivo tesoro,
la más fulgurante estrella,
la joya mas pura y bella
de mas quilates que el oro.

Madre buena, madre hermosa:
A ti, mi canción destino.
Vigilante en mi camino,
dulce, tierna y candorosa;
blanca y perfumada rosa,
flor de fecundo jardín.
A tus labios de carmín,
¡cuántos besos, yo les debo!
En mi corazón te llevo.
Nuestro amor no tiene fin.





DÍA DE LA MADRE


Primer domingo de mayo,
día dedicado a la Madre.
Mi alma se queda triste
con la falta irreparable.

Los que poseen la gran joya
le desean felicidades;
brotes de su amor ardiente,
el beso más envidiable.

Yo también quiero este día
que mi felicitación alcance
a mi madre, a su alma
donde quiera que se halle.
Su cuerpo, ya descansando
de esta vida miserable,
¿y el alma, dónde se aloja?
¡Gran secreto de Dios-Padre!

Hoy quisiera ser espíritu
y hacia el cielo encaminarme,
traspasar el Firmamento,
pedir a Pedro las llaves,
buscar en los altos cielos,
en las celdas celestiales,
buscar hasta dar contigo,
Madre buena, tierna madre,
para allí darte mi abrazo,
para así felicitarte
en este día señalado
de fiesta tan entrañable.

Quisiera ser como el viento,
quisiera ser como el aire,
sin límites ni fronteras,
entrar en las oquedades,
minar del Cielo a la Tierra,
volar, cual los huracanes
con una estrella de guía
como las tres Majestades
que me descubriera el sitio
donde poder encontrarte;
contemplarte sonriente
y en mis brazos estrecharte
como tú hacías tantas veces
cuando yo era un tierno infante.

Quisiera soñar contigo
aunque los sueños me engañen,
pero aún así me permitan
abrazarte y arrullarte.
¡Oh bellos sueños queridos;
aunque falsos, agradables
! Venid, venid a mi almohada,
traedme imagen de mi madre,
la inmensa dicha nocturna.
Lo embustero, a veces place.

En la noche de este día,
sueños, sed gratificantes,
mostradme a mi madre excelsa,
mi antorcha de luz radiante.
Endulzadme con las mieles
de tan bella y tierna imagen
aunque sea una decepción
al tiempo de despertarme.

¡Madre que me diste vida
y soy parte de tu sangre,
hasta tu eterna morada
quiero elevar mi mensaje!




ADELITA VIVO
(Teresiana)

Es más pobre que antes era
la Institución Teresiana;
un tesoro en vida humana
lo perdió en la carretera.

¡Cuánta heroica compañera
tus virtudes, a cantar!
Motilla del Palancar
vería el corte de tu vida.
Todavía sangra la herida,
no puede cicatrizar.

Entre Madrid y Valencia,
en la mitad del camino,
se cambiaría tu destino.
Te acogió otra residencia.
A Dios pedimos clemencia
por tu alma enamorada
de Cristo en su cruz pesada.
Que te dé inmensa alegría
con su eterna compañía
en tu última morada.

Con qué pena y desencanto
quedamos toda tu gente.
Aturdida nuestra mente
se espiritualiza el llanto.
Tú que estarás con Dios Santo
aboga en nuestro favor.
Cuando nos llame el Señor,
nos reúna en certera cita
contigo, en paz infinita
gozando de nuestro amor.





ANDALUCÍA




Besando tu atractivo litoral
te canta el mar bravío con desatino.
Los flujos de tu savia, sabor fino
esparcen en tu honor, fama mundial.

De Jaén, la cristiana capital,
quiero seguir el más recto camino
para ver el veraz Rostro Divino
que custodia su augusta catedral.

La Reina Celestial, Santa María,
eligió por mansión, Sierra Morena
donde Andújar, pacífica y serena,
celebra con fervor, su romería.

Es punto de reunión de Andalucía,
La Cabeza, su Virgen-Madre buena.




RIO GUADALQUIVIR

La gran Sierra jiennense te da vida,
¡oh próspero andaluz, Guadalquivir!
Quien te enseña a cantar y a sonreír
en tu infancia mimada y protegida.

Córdoba, coquetona y presumida
se mira en tus espejos muy gentil,
te despide entregándote el Genil,
regalo de Granada, complacida.

Sevilla, misteriosa y soñadora,
de ti, río arrogante, se enamora
y te brinda su abrazo en honda calma.

Huelva y Cádiz, en claro desafío,
se disputan tu tumba, viejo río
y Sanlúcar te vela en cuerpo y alma.








CANTARES A MI ANDALUCIA


Andalucía, te venero;
derrochas gracia y nobleza,
eres cuna del salero,
fuente de alegría y belleza.

Tu savia, mi Andalucía,
sin límites ni frontera,
lleva sabor y alegría
por toda la vasta esfera.

Puerta de mi Andalucía
es Jaén, monumental;
es suma de la hidalguía
y del oro vegetal.

Tus pueblos y capital,
tus olivares y sierras,
y tu hermosa catedral,
son lo mejor de la Tierra.

Te corona tu Alcazaba,
Almería, amada del sol.
Con Roquetas, se te alaba;
perla del mar español.

El faro en Cabo de Gata
alumbrando a la marina,
en perenne serenata
hace guardia a tus salinas.

Qué fascinante señora
es la ciudad de Granada,
con su Alhambra encantadora
y la gran Sierra Nevada.

Entrególe al rey Fernando
en Granada, Boabdil;
con lágrimas, suspirando
hizo crecer al Genil.

Málaga, mar de belleza
desde Nerja hasta Estepona,
reina de la gentileza;
se merece una corona.

Torremolinos, Marbella,
adornan su mar y playas,
Mijas, con fulgor de estrellas
vigilando en su atalaya.

Córdoba, cristiana y mora;
su incomparable Mezquita
y su exhuberante flora,
encanta a quien la visita.

Excepcional poderío
y grandeza musulmana.
Testigo es el ancho río
de la cultura romana.

Sevilla, madre del arte
del toreo y de damas bellas.
No dejaron de cantarte
tus magníficas estrellas.

La Giralda mira al cielo
la Torre del Oro al río;
en permanente desvelo
mantienen su desafío.

Cádiz, con su gran bahía
y Jerez de la Frontera,
son manantial de alegría
y de vinos de solera.

Eres la novia del Mar
Cádiz, te dijo un poeta.
Dignísima de admirar,
de vivas joyas, repleta.

Huelva se recrea en Moguer
y en su ilustre Juan Ramón,
y en Palos, gloria de ser
quien lanzara al gran Colón.

El día de tu Romería,
¡Virgen Santa del Rocío!
Huelva y toda Andalucía
te aclaman a su albedrío






HORNOS DE SEGURA ES BELLEZA


Hornos, singular encanto;
mar de belleza impregnada
de recuerdos infinitos,
perla gris entre esmeraldas.

Tu Iglesia, Castillo, el Fuerte,
tus centenarias murallas,
son históricas bellezas
que a todo humano le encantan.

Delante tienes el Tranco
con su pantano a tus plantas
digno de ser contemplado
desde tus altas terrazas,
atrayendo a veraneantes
de cualquier rincón de España
por las delicias del baño
en sus cristalinas aguas
que finamente se rizan
tranquilas y reposadas,
lamiendo sus suaves costas
con lenguas de espuma y nata.

Detrás se quedan los Yelmos
seguidos de cumbres altas,
parte de Sierra Segura
que a ti se queda engranada,
con encantos naturales
y manantiales que sangran.

Como aguerrido soldado
haciéndote eterna guardia,
tienes la gran Peñarrubia
gigantesca y encrespada.
Tú haces posible el recreo
al que a la Naturaleza ama
por tan preciosos paisajes
como ante ti se retratan.

Tu nombre le das al río
que brota por tu Garganta,
discurriendo entre peñascos,
bellas melodías te canta.

Eres, mi querido pueblo,
objeto de mis nostalgias;
en tus libros de registro
mis inscripciones se guardan.

Testigo de mi nacer
en una casita blanca
orientada hacia tus muros
por tu vega separada,
desde donde mi niñez
tus bellezas contemplaba.

Tú me diste el bautismo,
tú me diste la enseñanza
en la inolvidable escuela
mixta de aquella barriada.

Guardo entrañables recuerdos
tuyos, mi pequeña patria;
jamás te podré olvidar
aunque mucho me alejara.
Aunque el destino ha querido
que otro pueblo me sumara
en su censo de vecinos,
contigo tengo mi alma!







SEGURA: PUEBLO-SIERRA-RIO
(Romance descriptivo)



Segura, historia y recreo,
maravillosos paisajes
acaparan la atención
del de la Naturaleza amante.
Te vigila tu castillo,
obra de los musulmanes,
antes, tu fiel protector,
hoy rindiéndote homenaje.
Cresta de viejas almenas
te adornan en sus adarbes.

Trono de gobernadores,
cuna de altos linajes
de tu memorable historia
en épocas triunfales.
El agigantado Yelmo
erguido tienes delante
desmonterado y con calva,
con capa de anchos pinares,
presidiendo en tus dominios,
encrespado y arrogante,
testigo de tus contiendas
como tu eterno estandarte.

Segura, recia palabra,
en tres cosas, resonante,
y a pesar de su reparto
en ninguna aminorase.
Segura se llama el río,
Segura la sierra madre,
Segura, nombre del pueblo
de los más bellos parajes.

Este río beneficioso
para zonas del Levante,
del vientre de tu gran sierra
caudalosamente nace.
Inicia su recorrido
entre chopos y nogales,
sus limpias y frescas aguas
a los dos Pontones lamen,
continúa vertiginoso
por cauce de pedregales,
conserva intacto su nombre
hasta entregarse a los mares.

Sigue la grandiosa sierra
repartiendo manantiales
partidos a dos vertientes:
a occidente y al levante.
El truchero río Madera,
delicia del veraneante
en busca del gran Segura
retrata bellos lugares.

El carcajeo del Trujala
te da un dormir agradable
como nana melodiosa
que se le canta a un infante.

Mereces mi admiración,
Segura, en tres cosas grande:
Grande sierra, grande río
y gran pueblo de historiales.







SEGURA DE LA SIERRA


Gran belleza es la villa de Segura,
objeto del hacer de historiadores.
Del estío, rechazan los ardores,
las armas de su sierra en gran altura.

Monumentos, genial arquitectura,
la coronan y cubren de esplendores;
todo es encanto a sus alrededores,
regios paisajes realzan su figura.

Incomparable, deliciosa sierra;
sustento inagotable de sus ríos,
rico biberón del Guadalquivir.

Su Yelmo atalaya, en perpetua guerra
con las nubes, se bate en desafío.
¡Es cual peldaño de al Cielo subir!

¡Oh Segura! Reliquia de la Historia
que corona el castillo centenario.
Un pueblo acogedor y hospitalario
que un tiempo se cubrió de fama y gloria.

Aquí dejó Manrique su memoria,
fue la cuna del genio literario.
En sus luchas, valiente y solidario
marcando memorable trayectoria.

Son testigos, sus viejos monumentos
de los pueblos que en tiempos habitaron
durante el transcurrir de su existencia.

Las huellas de lúcidos talentos
en esta heroica villa, se quedaron
y prueban el progreso de su ciencia.







HORNOS, MI PUEBLO NATAL



Mis nostalgias aumentan al mirarte
bello pueblo que viste mi nacer.
Tú estás en mi memoria y en mi ser;
imposible dejar de recordarte.

En tus obras morunas de puro arte
resalta la belleza por doquier;
contemplarlas me inunda de placer.
El castillo es tu más digno estandarte.

En tus pilas, las aguas bautismales
regaron mi cabeza somnolienta
uniéndome con lazos fraternales

al rebaño del Padre que me alienta
con su Gracia y carismas celestiales.
La Fe de la que mi alma se sustenta.







SIERRA DE SEGURA



Brava Sierra, altanera y fascinante
que el gran Yelmo preside con honor,
y el Almorchón culmina su esplendor
valentón, encrespado y arrogante.

El río al que le da nombre, desafiante,
de sus entrañas, brota triunfador,
sus paisajes irradian el fulgor
que reciben del Astro-Rey brillante.

Sus florestas de mágicos pinares,
(regalo de la gran naturaleza),
ofrecen manantiales prodigiosos
que fluyen de su vientre a centenares.
Evidencian su insólita grandeza,
sus diez ríos, y arroyos caudalosos.








LA HIGUERA DE MI PATIO


Me recreo con la higuera generosa
de mi patio, en las tardes del estío,
con gratísimo ambiente en el sombrío
de su fronda compacta y silenciosa.

Contemplando tan verde como hermosa
nube de hojas de mágico tronío,
reflexiono, y me asombra el desvarío
del hacha embravecida y codiciosa.

Y me ofrece sus frutos excelentes
a pesar de que fuera cercenada,
como el perro que a niños imprudentes
pagaría con su amor la vil pedrada.

¡Qué belleza la de alma indulgentes,
como el perro y mi higuera mutilada!






EL GUAYABO DESHOJADO



Despojado del típico follaje,
exhibiendo a los astros infinitos
sus racimos de frutos exquisitos,
el guayabo rinde al Cielo su homenaje.

Escultura viviente, sin ropaje,
donde posan hambrientos pajaritos
ávidos de saciar sus apetitos,
burlando al ser humano con coraje.

Arbol encantador, por su belleza,
altivo surtidor de rubias lunas
inflamadas de plácido alimento,

que la rica y tenaz naturaleza,
por encima de todas las fortunas,
sublimada, nos muestra su portento.







PINO GALAPAN


Cual pilar sosteniendo el Firmamento
rasgando tempestades y huracán,
permanece el vetusto Galapán
enfrentado al furioso, helado viento.

Milenario laricio, gran portento;
de la Sierra Segura, el capitán.
Ostenta la atracción de fuerte imán
tu altivez singular, por corpulento.

A esa copa altanera, inalcanzable,
grises nubes la abrazan y la besan
como hicieran los más enamorados.

Viejo líder, con garbo incomparable,
los siglos destructores no te pesan.
Tu arrogancia se ve a cuatro costados.






OLIVA DE FUENTE BUENA


Eres reina y augusta embajadora
de tu especie, y exhibes tu hidalguía
conservando el amor y la armonía
con la regia familia que te adora.

Quien contempla tu talle se enamora
de tu clase, donaire y gallardía.
Tu frescor y pomposa lozanía
hacen de ti figura arrolladora.

Siete sacos darías del negro fruto
como media, según marca tu historia.
Verdad que no la dudo ni discuto,
quedándose marcada en mi memoria.
A tu lado, el almendro es diminuto.
Fuente Buena se cubre de tu gloria.








PUEBLOS QUE ENAMORAN EN LA SIERRA DE SEGURA

Señorío y alma bravía
es la población de Beas.
Aquí, sus mujeres bellas,
no se escatima alegría.
Su juventud es lozanía.
Verde parque incomparable,
delicioso, confortable,
bordeando al viejo río,
hace que en tiempo de estío
sea de lo más delectable.


Típica villa de Orcera,
de la sierra, capital.
No te concedo rival;
tú enamoras a cualquiera.
Por tu hidalguía y tu solera,
un pueblo admirable, eres,
atractivas, tus mujeres,
de fascinante belleza;
demuestran su gentileza
realizando sus quehaceres.

Es Santiago de la Espada
con tanta aldea deliciosa,
la comarca más hermosa
de esta nuestra sierra amada.
Quizás, la más ignorada,
escondida entre altas cumbres.
Al arrullo de sus lumbres
sus gentes con gran bondad,
reflejan su honestidad,
ternura y buenas costumbres.








LA PUERTA DE SEGURA


Es la Puerta de Segura
un pueblo grato y alegre,
dignamente acogedor
al que quise y querré siempre.
Donde nací, y donde vivo,
mi honda gratitud merecen;
no puedo menospreciarlos,
en ellos, mi amor se vierte.
Fuera de estas excepciones
que un tanto me enorgullecen,
es La Puerta, a quien admiro,
su panorama y ambiente.
Como dividida en dos
laderas que frente a frente
se miran y se retratan
y por un punto, convergen.
El suave Guadalimar
muy sereno y sonriente,
las mantiene separadas,
y unidas, su viejo puente.
El río lava y acaricia
los pies a sus muros fuertes
como teñidos de un cobre
que le brindan los torrentes.
Bellos y anchos olivares
le tienden alfombras verdes,
sus cerros en centinela
la vigilan y protegen.
En su población palpita
la sinceridad viviente.
Cultura, honor y prestigio,
unidos, se fortalecen.







SEGUNDA PARTE




MOMENTOS DE REFLEXION




Reflexiones sobre distintos aspectos de la vida rural y de la muerte






¿VIVIR SIN DIOS?


¿ Cómo podría vivir sin Ti, Señor,
si eres dueño absoluto de la vida?
El alma se me queda entristecida
pensando en quien te niega sin rubor.

De la Naturaleza, eres Creador,
Creador del que te sigue, y quien te olvida.
Las plantas en la tierra humedecida
testimonian tu Gracia en su esplendor.

¿Cómo puedo negarte?..sería impío
si olvido tu infalible testamento.
Quitarte de mi vida es desvarío.

Tú eres fuente vida y mi sustento.
¿Quién hace madurar en el estío
las espigas preñadas de alimento?







DEUDOR


¿Cómo podré pagarte, Padre mío?
Te debo cuanto tengo y lo que soy.
Vida me diste ayer, bienestar hoy
que no te agradecí en mi descarrío.

Tú me dejas hacer a mi albedrío,
me derramas tu amor por donde voy
quizás un poco errante, pero estoy
en tu amparo, Señor, en Ti confío.

Dale calor, mi Dios, al alma mía,
que yo quiero inflamar mi corazón
de tu Gracia, amor y de tu fuego.
Enardéceme de Fe, y con la alegría
de esperar por deudas, tu perdón.
Rendido y de rodillas te lo ruego.







GRACIAS A LA VIDA


Agradezco a la vida generosa
el bello amanecer de cada día.
A ella debo mi gozo y mi alegría
y una familia tierna y amorosa.

Pajarillos con música armoniosa
me deleitan, ¡qué grata melodía!
Mis rebrotes son dulce compañía.
Doy gracias a la vida tan hermosa.
y pienso, ¿qué es la vida, de quién viene?
¿ Quién genera la gracia y el amor?
¿Quién coordina el sistema planetario?
La respuesta infalible, Dios la tiene;
el alma de la vida es el Creador,
no puedo imaginarme lo contrario.







GRACIAS, SEÑOR


Te doy gracias, Señor, por los favores
que de tu Gracia tengo recibidos.
Son regalos, sin serme merecidos;
tuyos son mis paupérrimos valores.

Tuyos son estos campos productores
de olivos y frutales esparcidos
que luego rendirán agradecidos,
sus frutos de magníficos sabores.

Tu amor excepcional, es absoluto.
Tu amparo incomparable, no me deje.
En Ti está mi esperanza y mi consuelo.
Gracias por esta vida que disfruto,
gracias por la salud que me protege.
gracias por la promesa de tu Cielo.







TAMBIÉN POR TI Y POR MI


Adorable Señor, Santo Cordero
que bebiste tan viles amarguras
y sufriste satánicas torturas
por un pueblo perverso y traicionero.

Te acusaron de falso y embustero
siendo el Hijo de Dios en las alturas,
te quitaron tus sacras vestiduras
clavándote en un rústico madero.

Tu amor incomparable e infinito
por nosotros, te haría morir en Cruz
vertiendo sangre y agua tu costado.

Reverdece mi espíritu marchito
y enardece mi pecho con tu Luz
que yo quiero seguirte enamorado.







¡PERDON, DIOS MIO!


Perdóname, Dios mío, por mi pereza
en seguirte y hacer tu voluntad,
perdóname, Señor, por la frialdad
que envuelve mi banal naturaleza.

Perdóname mi falta de entereza
que me arrastra a buscar comodidad,
perdóname mi gran debilidad
ante halagos del mundo, mi flaqueza.

Quisiera enardecerme, que estoy frío,
quisiera hacer arder mi corazón
en llamas de tu amor incandescente.

Confío en que me perdones, Padre mío
y espero de tu Gracia y compasión
la entrada en tu redil eternamente.







AMOR A LA VIDA


Me enamora la vida tanto y tanto,
que detesto pensar sobre la muerte.
Saber que ha de llegar con daga fuerte
me produce el mayor terror y espanto.

La vida es deliciosa, es un encanto,
poderla disfrutar es la gran suerte.
El pensar que mi cuerpo yazca inerte
me horroriza, quizá por no ser santo.

Si ser santo, yo hubiera procurado,
al tan triste final, no temería,
como aquella, la Santa que escribía

sus ansias de llegar a Dios, su Amado.
Tan firme era su fe y amor probado,
que en deseos de morir se consumía.






VIDA FUGAZ

¡Oh vida que te escurres lentamente,
sepulcro de presentes, ...sucesión!
Te me esfumas sin darme una razón
cual rocío mañanero al sol caliente.

No me expliques, lo sé sobradamente;
eres falsa, engañosa, ...decepción.
¡Cuanto encanto quedó en pura ilusión!
Tu atractivo es fugaz como un torrente.

Ya vislumbro el fracaso en mi destino;
nunca supe, o no quise conquistarte,
rechacé el sacrificio en mi camino.

Pensé sólo en lo frívolo, en gozarte.
No medité en tu paso a lo Divino.
¡Me vi tan posesivo al dominarte!







EL CEMENTERIO, EL DIA DE LOS DIFUNTOS


Numerosa legión, pero vencida,
ya, de todo peligro, liberada,
yaciendo eternamente y atrapada,
entre cuatro paredes, recluida.

Mansión perpetua, triste y florecida
tenuemente, con cera, iluminada.
Vieja cárcel que hoy es la visitada
por aspirantes, siendo tan temida.

Ofrece su regalo el visitante;
la plegaria impulsada por su amor,
la oración de su pecho palpitante

implorando al Divino Redentor
la eterna gloria y paz gratificante,
y en sus manos, la más preciada flor.







MIS MUERTOS

Mis muertos recordados y queridos:
hoy me ocupáis la mente y la conciencia.
Yo le ruego al Señor con insistencia
que os regale los bienes prometidos.

Mi corazón aumenta los latidos
privado de tan plácida presencia.
Espero con confianza en su clemencia,
que habrán de ser mis ruegos atendidos.

¡Cuantos ya, de los míos habéis pasado
de este mundo engañoso, terrenal
a esa seria mansión definitiva!

Os pido con espíritu obstinado,
que aboguéis ante el Padre Celestial
y El nos reúna en postrera comitiva.







MUERTE AVARA

Fea Parca avariciosa que me acechas
con guadaña que nunca la abandonas.
A ningún ser viviente lo perdonas,
y a nadie, por su raza lo desechas.

No te importan izquierdas ni derechas;
tu ideal insaciable, lo coronas
en el campo sagrado, al que le donas
los haces de las mieses que cosechas.

Con codicia te acercas, como hambrienta,
a veces, silenciosa y camuflada
como astuto y experto cazador.

A pesar que tu imagen me atormenta,
cuando llegues con garra despiadada,
yo quisiera abrazarte con amor.







COMO ESPERAR LA MUERTE


¿Cómo esperar la cita supercierta?
¿Cómo planear el viaje misterioso?
Si pienso en un combate desastroso
mi vida se hundirá en la fosa abierta.

Habremos de velar, estar alerta.
Si el encuentro terrible y horroroso
nos halla preparados, será honroso
y Dios nos dará el triunfo en la reyerta.

Ayúdame, Señor, en esta lucha
por vencer el terror y la aflicción.
Quiero morir en paz, con tu asistencia

Enséñame a morir, mi alma te escucha,
y a afrontar la temida transición.
Confío en tu gran amor y en tu clemencia.





CONDENADOS A MORIR


Por el bello delito de nacer
ya estamos condenados a morir.
Sentencia que me incita a presentir
que después, otra vida debe haber.

Albergo la esperanza en mi creer
en un glorificado resurgir.
Si procuro hacer bien en mi vivir,
la justa recompensa he de tener.

Yo quisiera saberme preparar
a enfrentarme a la muerte con valor.
A Dios-Padre suplico con fervor

que me vierta su Gracia singular,
y el que tiene el poder de perdonar,
me recoja en su seno Redentor.






HERMANO DEL ALMA, ¿POR QUÉ TU MUERTE?


Buscando algo de expansión me invitabas
a dar un paseo,
¡Hermano del alma!
Contemplando el campo, el quebrado horizonte,
nos servía de recreo.
Yo te veía en calma.
Tu última visita, nos hiciste hace un año,
el verano a medio.
¡Ya no me acompañas!
Temiste a la vida ingrata, quisiste morir.
¿Por qué así, hermano bueno?
¿Qué te atormentaba?
Tú, que la justicia tenías por honor,
¿Qué te puso ciego?
No hay respuesta clara.
Pensando en tu muerte, siempre me horroriza.
¿Por qué sería aquello?
¡Qué idea tan canalla!
Por otros agostos, a vernos venías, y ya...
¡Qué triste me quedo!
Hoy noto tu falta.
Siempre en esta vida veré tu vacío,
te echaré de menos,
y tus francas palabras
que en mil ocasiones, prácticos consejos,
sabios y sinceros
me proporcionaban.
Hoy, pensado en ti, vienen a mi mente
imborrables recuerdos;
me brotan las lágrimas.
Y ya que otra cosa por ti hacer no puedo,
por tu alma elevo
a Dios, mis plegarias.





TRAGO AMARGO


Hermano, que llegaste tras de mí,
¿Por qué me adelantaste con tu vuelo
dejándome el espíritu de hielo,
paladeando una hiel de frenesí?

Mi existencia será muy baladí
contemplando con negro desconsuelo
tu cuerpo en el sepulcro, tu alma al Cielo,
y pido al Padre-Dios que se haga así.

Perplejo y consternado por tu marcha
dispuesta por el Padre Celestial,
me veo tan impotente y aturdido...

que el alma se me queda como escharcha.
De un vaso con acíbar infernal,
el trago más amargo lo he bebido.







JUVENTUD-PROMESA


¡Juventud, la promesa del futuro!,
que vosotros tenéis en vuestras manos:
Actuando como auténticos cristianos,
un bienestar social, tendréis seguro.

Dicha y prosperidad, (según auguro,
lo que más anhelamos los humanos),
conquistaréis unidos como hermanos
y en el noble trabajo, dando duro.

Sois como verde espiga en primavera,
de próxima cosecha, la antesala
que pronto rendirá fruto abundante.

La sabia de la vida que se espera.
De amor y diligencia, haciendo gala,
haréis un mundo más gratificante.







NOBLEZA DEL OFICIO


El oficio es nobleza y dignifica
y puede convertirse en un gran arte,
izando a lo más alto el estandarte
de todo el que a su yo, se lo adjudica.

Al experto artesano, glorifica
su digna profesión, de la que parte
el honor, justa fama y el baluarte
contra paro que nunca se erradica.

Muchacho, que persigues un oficio,
tu valioso y preciado galardón
te ha de llegar en justa recompensa.

Como pago a tu noble sacrificio
obtendrás la mayor satisfacción
y en las adversidades, la defensa.







VEJEZ FELIZ


Ultima etapa de mi simple vida.
Y qué atrás se quedó la edad madura.
Gozando en mi pasión por la escritura
es mi felicidad robustecida.

En mi vida anterior no hubo cabida
para en ella ejercer literatura.
Tendría necesidad constante y dura
de ocuparme en acción retribuida.

Desde que soy anciano y jubilado
exento de forzosa obligación,
con espíritu terco y porfiado,

doy suelta con placer a mi afición
y encuentro la mayor satisfacción
en el trabajo no remunerado.






NO AL DESCANSO ABSOLUTO EN LA VEJEZ


He de ocupar mi tiempo con prudencia,
ya no puedo vagar inútilmente.
Quiero servir con manos y con mente
a esta sociedad, sin diferencias.

Demando del Creador con vehemencia
impulso para ser más diligente.
No quisiera rodar por la pendiente,
deseo que fructifique mi existencia.

¡Qué triste es abandonar la actividad
y entregarse de lleno a la indolencia
pensando disfrutar quedando inerte!

Nefasto..., pero es pura realidad,
que perder en la acción perseverancia
equivale a esperar... sólo la muerte.







SUFRIDO LABRADOR


Labriego que tras yunta compañera
soportas las heladas congelantes
y luego, los calores asfixiantes
bregando con las mieses en la era.

Asida con tu mano, la mancera,
vas y vienes, ¡eterno caminante!,
soñando sin dormir en todo instante
con la buena cosecha, si prospera.

Tu misión es compleja y exigente,
te somete a un esfuerzo permanente
y casi nunca bien recompensado.

En tu vida no hay tiempo para vicios.
Sí aguantas rigurosos sacrificios
y recibes el ser menospreciado.







EL PASTOR


El pastor solitario, permanece
vigilando el pacífico rebaño,
las semanas, los meses, todo el año.
Con la lluvia y el sol se fortalece.

Custodiar sus ovejas le ennoblece,
procurando que no reciban daño.
Su albergue es su gabán de vasto paño.
Nuestro afecto y gratitud se merece.

Como árbol deshojado por el viento
en las turbias semanas invernales,
cuidando su ganado, al que está atento,

recibe los trallazos a raudales,
que teniendo por techo el firmamento
le propinan furiosos vendavales.







ABNEGACION

Al grupo "Sembradores de Alegría"
hoy quiero este soneto dedicar,
por su fe y el amor tan singular
por tanta arrolladora simpatía.

Con esfuerzo constante, día tras día,
van procurando siempre, deleitar.
De emoción y entusiasmo hacen vibrar
a la ancha, encantadora Andalucía.

Mitigar la tristeza en los ancianos
es su más firme anhelo inquebrantable
sin descanso, los fines de semana.

Altruistamente siempre estos humanos.
¡Qué bella abnegación, inigualable!
Regalando su amor de alma cristiana.







¡QUIEN COMO TU!


Este pueblo se llena de tristeza
al pensar tu partida a Ecuador,
invitado por Dios, Nuestro Señor,
que conoce tu hombría y entereza.

¡Quién como tú! ¡Oh valentía y nobleza
en hacer la voluntad del Redentor!
Dándote sin reserva y con amor
a sembrar su Evangelio con firmeza.

Varios años de grata convivencia
con desprecio de honores e interés,
nos prueban tu heroico amor rotundo

que hoy culmina con esta dura ausencia
al volar, del ancho océano a través,
a enseñar Verdad Santa por el mundo.







EL LABRIEGO ANCIANO


Pasó su vida, joven y madura
con dignísimos afanes amorosos,
tras yuntas de auxiliares perezosos
haciendo producir su agricultura.

Su esforzado trabajo en gran altura
curtióle con trajines fatigosos,
lo broncearon veranos calurosos
recogiendo su cosecha, ya segura.

El trabajo, su aliado permanente,
la holganza fue su gran desconocida;
ganóse así su pan honradamente.

Ayudado por brotes que él dio vida
y siempre dirigió acertadamente,
y su fiel compañera, siempre unida.

Triste es la vida del labriego anciano;
el tiempo le consume en una silla
con cayada, entre paja y amarilla,
mimándola su enjuta y tibia mano.


Por su mente revuela lo lejano,
le entretiene una terca pesadilla,
no precisa el tabaco, ni cerilla;
ni tuvo vicio, viejo, ni temprano.

Y así pasa una hora y otra hora;
nadie se le detiene y le conversa,
con perturbado juicio, a veces llora,

su simpatía se cambia en viceversa.
Por excepción, un alma bienhechora
alivia su alma en gran tristeza inmersa.

Su ideal labra el ancho Firmamento
como él la tierra hiciera con arado,
volviendo con frecuencia volteado
rodando su extraviado pensamiento.

En su mente resurge el sentimiento
recordando sucesos del pasado:
ilusiones de haberse reservado
aventurillas de sagaz talento.

Así espera pacífico otra suerte
como árbol seco espera al leñador
con hacha implacable y homicida,

cambiando la actitud del hombre fuerte
por frases suplicantes al Señor
pidiéndole, quizás, la eterna vida.







MUJER CAMPESINA


Con todo agricultor o ganadero
siempre ha de cooperar una señora.
Madrugando delante de la aurora,
prepara desayunos, lo primero.

Barre, friega y arrima su puchero,
y acude a su infante que gime o llora
reclamendo su pecho, porque es hora
de ingerir su alimento tempranero.

Atiende a su familia con amor
y ayuda a su marido en la faena
si es que es éste un activo labrador.

Su quehacer permanente, le rellena
todo el tiempo, vertiendo su sudor.
Soportar sacrificio no le apena.







MUJER SERRANA


La mujer de la Sierra Segureña
es dulce cual las mieles que produce;
su sincera ternura, se trasluce
en su afable semblante y faz risueña.

Es activa, prudente y hogareña.
En el fuego dorado que reluce,
prepara su manjar, con que seduce
a todo el que probado no desdeña.

Las mocitas, honestas, perfumadas
cual jardín en fecunda primavera,
exhiben un hechizo indescriptible.

Cautivan con sus plácidas miradas.
Hasta el sol se detiene en su carrera
contemplando su gracia inconfundible.









TERCERA PARTE






VIVENCIAS










LA NEVADA
31-3-92


La floresta despierta engalanada
con manto inmaculado sin textura.
Reverbera el fulgor de su blancura
en la vasta corteza alborozada.

Marzo emprende imparable su escapada
dejando por lo abrupto y la llanura,
tendida, la magnífica hermosura,
el beso de la nieve enamorada.

Los olivos se muestran jubilosos
rendidos ante tanta gentileza.
humillados inclinan su cabeza.

Dan gracias a los Cielos poderosos
por el don de los copos prodigiosos
portadores de insólita belleza.







LOS PAJARILLOS EN LA NIEVE


Pajarillos que andáis de rama en rama,
la nevada os invade vuestros nidos.
¿Dónde hallaréis otro refugio y cama
siendo tan duramente perseguidos?

¿ Qué suerte correréis la noche oscura,
hambrientos, extenuados y ateridos?

Os acechan rapaces, y aún perdura
instinto criminal en los humanos;
el niño que sagazmente procura
llevaros a la cárcel de sus manos

y el hombre que en la caza se divierte.
Es vil afán de sabios y profanos
el gozar contemplando vuestra muerte.








BIEN VENIDA PRIMAVERA


Bien venida, radiante Primavera
desbordante de aromas y colores.
Engalanas con gran tapiz de flores
las dormidas cortezas de la Esfera.

Tu presencia complace en gran manera.
Ejércitos de alegres ruiseñores
con cantares, te rinden sus honores
y enarbolan simbólica bandera.

Las abejas celebran tu llegada
y te dan bienvenidas calurosas
con sus tenues y dulces melodías.

Las plantas con su vida aletargada
se despiertan altivas y armoniosas
de ese sueño que tú también dormías.






ADIOS, PRIMAVERA


Ya nos dejas, Primavera,
tan linda y tan olorosa;
a lo muerto, diste vida
con tu virtud productora.
De cuatro hermanos que sois,
Dios te creó la más hermosa,
la única femenina,
la más fecunda y virtuosa.

Comenzaste dando flores
en los montes y en las lomas
a los romeros y a almendros,
y devolviéndoles hojas
a tantas plantas dormidas
por escarchas espumosas.

Tu suave hermano, el Otoño,
triste y contrario a tus formas,
desnudó árboles y plantas
de forma devastadora,
y al llegar el crudo Invierno
con su dureza de roca,
las entró en fuerte letargo
con heladas destructoras.
Pero tú las liberaste
de una condena tan honda,
poniéndoles galas verdes
con coronas de aureolas.

Las minúsculas violetas
pequeñitas y olorosas,
son las primeras que te oyen
y despiertan cuando asomas.
Luego siguen desfilando
sin orden, y se amontonan
mostrando sus anchos pétalos
toda la gama de rosas.

En los patios y balcones,
cuántas macetas redondas
de geranios y claveles
y tantas otras vistosas
flores de finos colores,
te perfuman y te adornan
como rindiéndote honores
con un gozo que rebosan
por tan grandes beneficios
con que a todas ellas colmas.

Los prados y los jardines,
antes tristes, con zozobra,
agradecen tu llegada,
de tu virtud, se enamoran,
y enamorados te ofrecen
con voluntad generosa
sus tallos llenos de savia
y en sus flores, las corolas.

Las aves, hacen sus nidos
precavidas y celosas,
aprovechando la suave
temperatura que alojas.

Sentimos que sea tan breve
tu compañía deliciosa,
pero no te olvidaremos
disfrutando de las sombras
que antes nos has deparado
en el tiempo que nos honras.

Ahora ya, duerme tranquila,
y sosegada, reposa,
hasta que triunfal despiertes.
¡Adiós, Primavera hermosa!






JUICIO SOBRE EL OTOÑO


Aunque la virtud
se aloja en su seno,
mal talante a veces
nos muestra al reverso.

Se presenta triste,
con cara de hambriento,
altivo, inseguro,
ceñudo su aspecto.
Consume los frutos
del árbol postrero,
y al pobre hortelano,
al rudo labriego,
si algo se descuida
le absorbe el sustento,
cual ladrón nocturno
mientras duerme el pueblo.

Arrebata el traje
a cuánto sujeto;
sea robusto o débil,
sea grande o pequeño,
si es de sus fichados
le quita el atuendo.
-"¡Ay de mi vestido
tan práctico y bello,
tenme compasión!",
clama el roble viejo
que resiste y sufre
torturas del tiempo
en sombrías vaguadas
de los bosques yermos.

-"Si acaso me escapo
del hacha y el fuego,
al quedar desnudo
se helarán mis huesos".

Y él sigue inflexible,
voraz y funesto,
devorando plantas,
hojas destruyendo
por los anchos campos
de medio Universo.

A seres vivientes
impone respeto;
calla la cigarra,
no canta el mochuelo
durante el crepúsculo
ni gorgea el jilguero.
El pardillo alegre
ya sufre en silencio;
sólo queda el ruido
del furioso viento
al que le acompañan
nubarrones negros
acaso seguidos
del fuerte aguacero.

Despojado el campo,
barridos los restos
del verde follaje,
todo ya pudriendo,
de ave migratoria
siguiendo el ejemplo,
se acobarda y huye
hacia otro hemisferio.

Tristón el Otoño,
mas fecundo y tierno,
tiene sus virtudes,
justo es comprenderlo;
ahuyenta al estío,
al calor de infierno.
Las semillas buscan
su nido en barbecho
y una nueva vida
están prometiendo.

Si balanceamos
lo malo y lo bueno,
¿cabría condenarlo?
Yo nunca me atrevo,
Creo que es inocente,
por tanto, lo absuelvo.






JORNADA DE SIEGA (DECADAS 30/40)



Madrugando más que el Sol
los sufridos segadores
armados de hoz y dediles
y rústicos zamarrones.

Dan comienzo a la faena,
les animan las razones
de adelantar el trabajo
antes que aprieten calores.
Cuando se acercan las ocho
ya se desea que asome
la gran cazuela de migas
que a tal hora corresponde.
Con apetito y con ajos
sin reparar en olores,
y mejor si con tajadas,
todo son buenos sabores.
Animan la áspera siega
con apropiadas canciones
algún mozo o viejo alegre
que al cante tenga aficiones.
Pesa menos el trabajo,
son más suaves los sudores
haciendo como se dice
"de las tripas, corazones".

Un cántaro de agua fresca
en sombra de haces se pone;
ya se agota y se repite,
el sudor toda la absorbe.

A las doce un buen gazpacho
para aliviar los ardores,
se hace una pequeña siesta,
y arriba, a rechinar hoces.
Cuarenta grados en sombra,
el sol, mejor que se ignore,
el segador los aguanta,
yo los aguantaba entonces.

Abrasados por las mieses,
tirando a rubios fogones
al filo del medio día
lo han de soportar los hombres.

Sobre las tres, el cocido,
en sombras de encina o roble,
haces o piedras de asiento
y ancha mesa de terrones.
De manteles, el rastrojo,
servilletas, los zahones,
se echa de menos el vino;
es lujo, no es para pobres.

Al anochecer, la cena
en el tajo se la ponen
para aprovechar el tiempo,
que "el tiempo es oro", se oye.

Dormir, sobre las gavillas,
de los grillos, a los sones,
contemplando las estrellas,
transcurre feliz la noche,
lamentando la llegada
del nuevo día, en los albores,
por no haber otro remedio
que seguir golpe tras golpe.




LA TRILLA

Cuando se acaba
la siega ardiente
sigue rabiosa
la seca trilla.

Chirrían las mieses,
el trillo chilla,
las mulas trotan
pausadamente.

¡Ay cuánta vuelta
queda pendiente!
Viajes redondos
de pie o con silla.

Resuena el eco
de una coplilla,
restalla el látigo
constantemente.

Chafan la parva,
lo alto se cala;
la parte baja
no se ha tocado.

Hay que volverla
con horca y pala
y para postre
el amontonado.
En este punto
todo se exhala;
sudor a chorros
se ha desbordado.





DIA DE ACEITUNA


El mercurio, bajo cero.
Pisando alfombra de escharcha
salen los aceituneros
al despertar la mañana.
Los mozuelos, arrogantes,
ruborosas, las zagalas,
entre trovas y piropos
prometen feliz jornada.

Esparcidos chorros de humo
con anuncio de llegada
de aceituneros al tajo
a muy poquito del alba.

Se comienza la faena
con medio mantón por barba,
Los jóvenes más briosos
al olivo se encaraman.

Las aceitunas golpean
sobre los lienzos de rafia;
alguna con más aliento
otras hileras alcanzan
como llevando un mensaje
del vareador que la manda
hacia donde están las bellas
que en tierra helada se arrastran.

El Sol se muestra cobarde,
tímido a la niebla blanca;
como si tuviera miedo
de enfrentarse con la helada.

Al fin, con benignidad
abre puertas y ventanas
por entre las grises nubes
y entra por las lomas altas.

Las mocitas, más frioleras,
agradecen su llegada;
él las cubre con el manto
de sus rayos de oro y plata.
Les brinda suaves caricias,
dulce beso les regala,
posándose en sus encantos,
cara lo cual se le plantan.

Los mozos, del Sol celosos
también quisieran besarlas,
pero esta no es la ocasión,
hay que mover las varas.

Al mediodía, la fiambrera,
con qué avidez se destapa,
y qué halagüeños saludos
a las sabrosas tajadas,
a la morcilla fresquita
y a la negra butifarra.
Se devoran los mendrugos
bañados con tragos de agua
porque el vinillo informal
a la cita, a veces falta.

Se reanuda la tarea
con pegajosa galvana
por la templanza del día
y el calor de la pitanza.
Las agujas del reloj,
parece que ahora se paran;
hasta llegar a las cinco,
¡cuántas serán las miradas!





DE QUÉ TE SIRVE, JAEN...


Tiene Jaén en su provincia
en campiña y olivares
la mejor tierra de España,
un tesoro inagotable.
Suelo como el Santo Reino
no lo tiene ni el Levante,
si nos adelanta en fama
sería por bien cultivarle.
Aquí sembró Dios su gracia,
nos dio su Rostro en imagen
y el primer puesto en el rey
de los caldos vegetales.

¿De qué te sirve, Jaén
tener campos tan feraces?
Ser as del real aceite,
productor de cereales,
si tus hijos, los obreros,
por puras necesidades
figuran en primer plano
en número de emigrantes.

¿No será que tus riquezas
acaparan cuatro grandes
ciegos a la gran miseria,
al sufrimiento y al hambre?

Fincas de olivos que suman
por decenas los millares,
y cuántos, cuántos no tienen
donde poder reclinarse.





¿POR QUÉ LAS GUERRAS?


¿Por qué guerras homicidas
y morir tanto inocente?
¿A quién le cabe en la mente
tal desprecio hacia las vidas?
Altamente protegidas
las de los viles culpables,
los que son los responsables
de tanto y tanto matar
y a sus pueblos, arruinar.
¡Orgullos abominables!

¿Por qué tanto ambicionar
poder y tan cruel honor
sin pensar en el dolor
que a tantos ha de costar?
¡Ciego afán por dominar!
¿Por qué hay quién pueda tener
tan absoluto poder
y llevar al matadero
a tanto infeliz cordero
para su sangre verter?




LA VIDA PASA...


Cómo se pasa la vida,
cómo se va nuestro tiempo,
día a día, paso a paso
sin detenerse un momento.

¡Qué atrás quedó la niñez!
¡Qué lejanos sus recuerdos!
Nostalgias de juventud
me invaden con sus silencios.

La edad de la madurez
se retira a paso lento
pero con marcha segura
sin pausas ni retrocesos.

Estoy en la edad tercera;
una frase que no entiendo,
evitando inútilmente
hablar de anciano,... de viejo.

¿A dónde va mi ambición?
¿Qué puede ser lo que espero?
Si he consumido la vida
concedida a lo terreno,
deberé reflexionar
esperando la del Cielo.

Pero, ¿la estoy preparando
ya que aún estoy a tiempo?

Como un joven se prepara
para ocupar un buen puesto
habremos de preparamos
para ocupar el postrero
destino que se aproxima
definitivo y eterno.




LA PAZ


La paz no es tregua en la guerra;
es luz de santo esplendor,
es la cosecha mejor
del fruto que da la tierra
en la que se siembra amor.

La paz y el amor unidos
engendran felicidad.
Con tu magnanimidad
podemos ver convertidos
los deseos en realidad.

Paz que se nutre de amor
es fértil y verdadera,
es sólida y placentera,
aroma de blanca flor
de fecunda primavera.

El amor genera paz
en el corazón humano;
quién se precie de cristiano
ponga su medio eficaz
por tenerla con su hermano.

La felicidad que anhelo,
con la paz se consolida.
Es un regalo del Cielo
con sabor de caramelo
que da sentido a la vida.

Cultivemos el amor
que de paz, nos da cosecha.
No alberguemos el rencor
que es semilla del dolor
y su puñal, nos acecha.




LA ENVIDIA


La envidia es la peor dolencia
Que atenaza al ser humano
No hay experto cirujano
Que extirpe tal inclemencia.
Si la produce tu esencia
Sólo tú podrás sanarte,
Pues nadie podrá curarte
Tan molesta enfermedad.
Practica la caridad
Que no requiere otro arte.

La envidia hace padecer
Al que la alberga en su pecho;
No tiene ningún derecho
A permitirle nacer.
A quien la deja crecer,
Le paga con su perfidia.
Nunca atormenta la envidia
A la persona envidiada,
Para quien sería ignoeada.
¿Quién es el que se fastidia?

Envidia y felicidad
jamás pueden convivir;
una a otra hará morir
según nuestra voluntad.
Si queremos de verdad
Dicha para nuestra vida
a toda envidia homicida
cerrémosle el corazón.
Es la sincera opinión
de mi mente ensombrecida.




COMO CAMPO BALDIO


Parecía campo estéril
olvidado de la reja;
sólo criaba hierba débil
donde pastaban ovejas.
Tan poco interesaría
a su dueño tal parcela,
que al que otra finca
vendía la regaló en botijuela.
Después de bien cultivada
como fructífera huerta,
las plantas bien abonadas
se alzan de fruto repletas.

Igual que el baldío campo
el cultivo agradeciera
dando sus frutos de encanto,
(milagro de primavera)
cuántas personas sedientas
de enseñanzas verdaderas
que cuál tierras polvorientas
a nadie favorecieran,
si intentasen su cultivo
con formativas leyendas,
filtrando su contenido,
fluirían más su esencia.

"El que regala, bien vende",
en viejos refranes suena,
y Dios, creo que así lo entiende
recompensando obras buenas.





QUIERO ESCRIBIR UN POEMA


Quiero escribir un poema
y la musa me ha dejado.
Me encuentro tan despistado
que ni acierto a elegir tema.
¿Cómo resuelvo el dilema?
¿ Qué es lo que puedo escribir?
Nada tengo que decir;
divaga mi pensamiento
buscando hilvanar un cuento
y tengo que sucumbir.

Mi mente corre, difusa
sin rumbo ni itinerario.
De un cantar imaginario
a su arrullos se engatusa.
Vacila y calla, confusa,
meditando en el destino,
pierde el incierto camino
en la oscuridad del monte,
y al cerrarse mi horizonte
surge el recuerdo Divino.

¿Tiene mi vida sentido
en este esférico errante,
si unos pasos adelante
todo pasará al olvido?
¡Qué insensato yo habré sido
si pasar dejo esta vida
sin preparar la guarida
para la que es inmortal,
donde ya no cabe el mal!
Mi meta estaría perdida.






EL TIEMPO PRESENTE


El pasado ha sido breve,
el presente, lo es más,
el futuro, no sabemos
si a nosotros llegará.

Casi no existe el presente
por su gran velocidad;
el pasado lo consume
con avaricia y voraz.

Aprovechemos el tiempo
presente, que se nos va;
el tiempo, cuando se pierde
no se puede rescatar.

Ese tiempo que vacío
hemos dejado escapar,
es invalorable joya
que pasó y no volverá.

El tiempo y la propia vida
caminan siempre a la par;
quién desperdicia su tiempo,
su vida, estéril se irá.

Conduzcamos el presente
con prudencia y dignidad,
que el vehículo de la vida
carece de marcha atrás.

Explotemos cada instante
de esta vida tan fugaz;
según del presente usemos,
nuestro futuro será.




GRATO AMANECER


¡Qué grato el amanecer
armonizado con trinos
de pajarillos vecinos
al frente de mi ventana!
Me deleitan sus gorjeos,
arrullan mi dulce sueño
tan íntimo y halagueño
con su música temprana.

En el árbol de mi puerta,
colorines y gorriones
jubilosos, con canciones
que llegan hasta mi almohada,
me anuncian con alegría
y melodías rumorosas
de sus voces deliciosas,
el llegar de la alborada.

Sin temor a equivocarme,
creo que ese dulce cantar
es su forma de expresar
sincero agradecimiento.
Así rinden su homenaje
por la luz tan bienhechora
con saludos a la aurora.
Brotes de su sentimiento.





Estas reflexiones sobre las relaciones entre padres e hijos (que no son mías e ignoro su origen), las escuché siendo adolescente y las transcribo reconstruidas en verso por consideradas acertadas.

LO QUE PIENSA EL PADRE DEL HIJO

Con un año:
Mi niño es una monada.
¡Oh qué encanto de criatura!
Tengo el alma entusiasmada
contemplando su hermosura.


Con siete años:
Inteligencia y talento
demuestra tener mi niño;
creo que va a ser un portento,
me emboba con su cariño.


Con quince años:
Me está fallando este chico
al menos, como estudiante;
y si algo le rectifico,
nada más que le replico
ya está el tío de mal talante.


Con veinte años:
¡Qué complicación de hijos!
Esta vida, ya me asusta;
Mi opinión, no la ven justa,
aumentan sus gastos fijos
y trabajar,...no les gusta.


Con treinta años:
Mi estupendo hijo querido
ya halló su colocación.
Siempre a Dios se lo he pedido.
Mi deseo se ve cumplido.
¡Oh, qué gran satisfacción!




LO QUE PIENSA EL HIJO DEL PADRE


A los siete años:
Mi Papá todo lo sabe,
es un tío maravilloso,
más complaciente no cabe.
¡Es tan tierno y bondadoso!


A los quince años:
A papá veo equivocado
en algunas reflexiones;
pertenecen al pasado
muchas de sus opiniones.


A los veinte años:
No aguanto a mi padre más;
con sus teorías, me envenena:
"Que cuándo trabajarás,
que si ellos gastaban menos..."


A los treinta años:
Quizás alguna razón
a veces, el viejo tenga;
él encuentra solución
aunque a mí no me convenga.


A los cuarenta años:
Consultaré con mi viejo
este complicado asunto;
seguro que su consejo
me es útil sobre este punto.


A los cincuenta años:
Era mi prudente padre
práctico e inteligente;
¡lástima de que tan tarde
lo haya entendido mi mente!





DULCE NOSTALGIA


A veces me deleitan
y a veces me entristecen
bellísimos recuerdos
que vuelan por mi mente.

Aquella tierna infancia
pateando campos verdes
con galas de amapolas
bajo el azul celeste
y la casita humilde
en la ladera agreste,
tranquila y solitaria, o
liendo sus paredes
al blanco enjalbegado
de cal incandescente.

El cortijillo viejo
con un ambiente alegre,
donde mi excelsa Madre
me gestaría en su vientre,
ya, convertido en ruinas,
al verlo se estremece
mi alma entre nostalgias
que ocupan mi presente.

Vienen a mi memoria
rezumando deleites,
las flores deliciosas
con su candor de nieve
que yo profanaría
con manos inocentes,
en tardes ambientadas
de brisas de Occidente.

¡Qué bella era la vida
en mi niñez campestre!




INFANCIA DEL GUADALQUIVIR


¡Grandioso Guadalquivir!
Capitán de Andalucía;
ésta te tiene por rey,
quién te alimenta y te guía.

En provincia de Jaén,
en su sierra más altiva,
tomas la vida y tu nombre
donde tu cauce se inicia.

Partes riendo a tus sierras;
por ti quedan divididas
dos madres que te amamantan,
ambas te arrullan y miman.

Las de Cazorla y Segura
tienes por madre y madrina,
te protegen en tu infancia,
con biberones te cuidan.

Una pintoresca flora
te perfuma y te cobija.
Típica, elegida fauna,
en tus albergues anida.

Cantares y carcajeos
vas desgranando sin rima;
siempre la misma cadencia,
la más bella poesía.

En tus primeras andanzas,
lindas adelfas floridas
te engalanan y te escoltan
en tu marcha cantarina.





SITUACION DE CORTIJOS NUEVOS


Al abrirse dos vertientes,
cada cual siguiendo un valle,
una al Guadalquivir,
por entre bellos parajes,
la otra en sentido contrario,
recibiendo manantiales
que suma el Guadalimar
haciendo que éste se ensanche.

En el pedestal de el Yelmo,
sierra de ricos pinares,
se forma una amplia llanura
manchada por verdegales;
chorros en varios sentidos
que forman los olivares.
Al Sur de estos verdes llanos
de tierra morena y suave
reposa Cortijos Nuevos
al arrullo deleitable
de miles de pajarillas
con sus alegres cantares.

A un lado, Cumbre de Beas,
con pinos y romerales,
que dan la materia prima
a industriosos colmenares.
Al otro, confinan sierras:
Yelmo Chico y Yelmo Grande;
incansables protectores
de los vientos del Levante.
Sus altas crestas rocosas
tapan el Sol cuando sale;
en invierno se lamenta
lo que en el verano place.

Al sureste se ve Hornos,
lugar bello y entrañable,
concentrado entre murallas
construidas por los árabes.
Entre el Norte y el Saliente
con su castillo delante,
presidiendo en alto trono,
está Segura, la madre.





ESPERANDO LA ALBORADA


Cuánto debo agradecer
a la bella madrugada;
esperando la alborada
enseñóme a componer
mi sencilla poesía.
Antes de apuntar el día
tiene esta estrofa el nacer.

¡Oh cuántas composiciones
se me gestan en mi almohada!
Mi mente, así, concentrada
las cuaja sin dilaciones.
Con la aurora me levanto
y al arrullo de algún canto
van surgiendo los renglones.

Por lo tanto, mis poemas
en un amplio repertorio
(sin un saber meritorio)
se incuban sobre sus temas
con cierta satisfacción
por tener su concepción
en el alba y sin dilemas.




EPILOGO



RIMA RIMANDO...

(Consideraciones sobre estrofas rimadas)

La CUARTETA no me espanta,
es popular y corriente
oír recitarla me encanta
siendo melodiosamente.

En forma de REDONDILLA
de siempre la he admirado;
los del centro en pareado
suena buena musiquilla.

Dulce la SEGUIDILLA,
miel de romero;
si cantándola hay gracia,
qué bien la encuentro.

La QUINTILLA veo más pura
composición de poeta;
recitada con dulzura,
la veo en mayor altura;
me parece muy completa.

En la SEXTA me hago un lío;
admite combinaciones,
mas, no sé lo que decir.
Por entenderla, porfío,
me detengo en reflexiones
y no la puedo escribir.

SEPTIMA deseo formar, el
siete siempre prefiero;
seguir pareado el tercero,
cuarto, al primero en rimar,
tres fijas terminaciones
y sin más combinaciones
rimando al cuarto, acabar.

Complicada es la OCTAVILLA
ni se me pega al oído,
composición que he temido
por si no alcanzo hasta el fin.
Me gusta porque es sencilla,
agradablemente suena.
Algún verso, me condena
como al toro con clarín.


La DECIMA o ESPINELA
difícil composición;
jamás la aprendí en lección
mientras estuve en la escuela
ni por mi mente, revuela.
No me enfrentaba a tal cosa
siendo una estrofa preciosa
temiendo al atolladero.
Sólo leerla prefiero
y escribir, mejor en prosa.


El ROMANCE es muy sencillo,
por lo cual resulta bello;
los impares quedan libres
sin limitación de versos.
Me divierte el escribirlo
aunque bien, no los entiendo
pero veo comodidad
para expresar sentimientos,
y al no exigir consonante
no es pesado el machaqueo.

Simplemente el PAREADO,
yo lo encuentro algo pesado.
Aunque resulte bonito,
de mis proyectos lo quito.

Es ameno el TERCETO ENCADENADO;
segundo, con el próximo primero.
Por esta rima no me he interesado
viéndola buena, si he de ser sincero.
Son bonitos, agradables, me gustan
y para leerlos creo que los prefiero.
Componerlos, ni fácil ni me asustan.

Mal la tenemos con la REAL OCTAVA,
al escribirla, difícil se me hace;
a componerla siempre renunciaba,
interesante, pero no me place.
Ocho versos, parece que no acaba.
Sin terminarla viene el desenlace.
Leer las de Zorrilla me es grato
pero si intento hacerla pierdo el rato.

Qué difícil hacer buenos SONETOS;
no lo fue para el gran Lope de Vega
¡ mas¡ mi imaginación casi se ciega
buscando rimas para los cuartetos.

Difícil es también cuajar boletos
y algún terco agraciado a veces pega.
Me empeño y sale¡ no exento de brega.
Estos concluyen ¡ vamos a tercetos.
Soneto bueno ¡ qué precioso queda ¡
y si digo que no me gusta¡ miento;
esforzándome ya haré lo que pueda

y me permita el corto entendimiento.
Aquí envidio a Quevedo y a Espronceda.
Si intento dominados me atormento.




CONTRAPORTADAS

El Otoño de mi vida
atardece, acecha el frío.
Cuando este sediento río
en la forzosa partida
por corriente tan temida
ya vislumbra el mar bravío,
como de siesta en estío
despierta la vid dormida,
y de cepa enverdecida
brota este tallo tardío.




Sebastián Palomares nació en Hornos de Segura, Jaén (1.923). Las circunstancias familiares y sociales de su época joven le impidieron estudiar, como hubiera sido su deseo, por lo que tuvo que formarse ganando tiempo a sus ocupaciones habituales.

Después de toda una vida dedicada a la agricultura en principio y más tarde al comercio y tras jubilarse, asiste a la Escuela de Adultos y se entrega con ahínco a la escritura, intentando reflejar sus vivencias y sentimientos.

La lectura de sus poemas, de gran variedad temática, rezuma ingenuidad, una viva religiosidad, la frescura de unas coplillas, el amor que siente por la Naturaleza y especialmente, por la tierra donde nació y en la que vive desde siempre.

Todo ello impregnado de una gran dosis de ternura y atención hacia sus semejantes.

Ha obtenido premios en los certámenes literarios, Prensa Escuela y "Antonio Machado".



Impreso por: Gráficas "LA PAZ" de Torredonjimeno, S. L.

El Molinillo, 4 y 6

23650 TORREDONJIMENO (Jaén) Teléfono (953) 57 10 87 - Fax (953) 57 12 07




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