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In Memoriam.

Modesto Vigueras (1921-2006)

     
Nació en Linares el 10 de mayo de 1921; siguiendo los pasos de su celebrado médico y profesor en Madrid, Modesto realiza sus estudios de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos en Madrid entre los años 1941 y  1946, falleciendo en Madrid el 17 de enero de 2006.

     Durante su vida profesional prestó servicios como experto de obras portuarias en la Dirección General del Ministerio de Obras Públicas, desempeñando asimismo las labores de Director de los puertos de Huelva, Castellón, Coruña y Las Palmas, para convertirse en catedrático de la Escuela Superior de Madrid del curso de , y Director de la Escuela de Ingenieros Técnicos madrileña.

     En 1966 fue nombrado Subdirector General de Carreteras encargado de Estudios y Coordinación, estableciendo el diseño del Plan Redia (Red de Itinerarios Asfálticos), con la modernización de 9.00 kms.de carreteras y la creación del primer Plan de Autopistas Nacionales Españolas (PANE) que construyó más de 3.500 kms., siendo después Jefe  del Gabinete Técnico de Carreteras y miembro del Comité Permanente Internacional de Carreteras.

     En 1982 se hizo cargo de la Jefatura del Servicio de Obras de la Dirección General de Puertos y Costas hasta su jubilación en 1986, que simultaneó con los estudios de Geografía e Historia en la Universidad.

     En 1992 coordina el primer “Curso sobre regeneración artificial de playas con equipos de dragado”, y su incansable afán de saber le lleva a estudiar los molinos hidráulicos y las tecnologías relativas al agua, teniendo gran vinculación con la Fundación Juanelo Turriano que en el presente preside su hermano Francisco.

     Entre las obras publicadas por Modesto Vigueras se cuentan 
Curso de obras marítimas y explotación de puertos (1962), 
Lecciones de Dirección, Planificación y Explotación de puertos
Análisis y comentarios del manuscrito de Juanelo Torriani  portuaria (       )
La tecnología portuaria del Siglo de Oro de España (1979); 
Dragas y Dragados (1996) y 
Evolución de las Infraestructuras marítimas en los puertos españoles (2000), en colaboración con Javier Peña Abizanda, editadas por el Ministerio de Obras Públicas.
  
     El año 2001 publica El transporte por flotación y carretera, desde los bosques de Sierra Segura hasta Sevilla y los Arsenales de La Carraca (Cádiz)  y Cartagena, durante los siglos XVIII y XIX (1734-1833, y en 2004  Introducción al estudio de la tecnología de la construcción de las vías romanas (2004) editadas por el ente Puertos del Estado.

     Entre 2001 y 2003 da también a la luz el fruto de sus investigaciones sobre la historia de la comarca de la Sierra de Segura, en tres libros sucesivos:
Desde la Protohistoria hasta la invasión de los musulmanes
Introducción a la historia de los musulmanes en Sierra Segura (712-1214).
Época de la frontera cristiano-musulmana (1214-1492)
      
     Esta trilogía constituye un estudio pormenorizado de los distintos periodos de la historia de la comarca basado en el manejo de todas las fuentes documentales conocidas y de la bibliografía existente hasta el momento de su aparición, que por primera vez presenta una visión general y rigurosa de los acontecimientos, fijando criterios deductivos de gran lucidez y racionalidad sobre hechos no aclarados en los documentos ni en los testimonios de los autores, que representan una aportación fundamental para el conocimiento de la trayectoria política e histórica de Segura y su tierra.

     Ya antes había publicado Los molinos de rodezno de Siles, Sierra Segura, estudiando las técnicas de la molinería desde la época musulmana hasta hoy.

     La Escuela de Ingeniería Técnica que dirigió, instituyó en su memoria el Premio Modesto Vigueras, como homenaje y reconocimiento al maestro de Explotación y Dirección de puertos.

     A lo largo de su trayectoria profesional supo aunar las magníficas relaciones con los compañeros de profesión en sus círculos madrileños y el amor a su tierra, que  le llevó a no faltar a su cita puntal con su familia y amigos en la villa de Siles, de la que se consideraba hijo, residiendo en el hogar familiar sin perder su conexión con sus ancestros, personificados en su abuelo Modesto González, maderista de categoría, en cuya memoria estudiaría el transporte fluvial y por superficie de la madera.

     Todos cuantos le trataron y conocieron coinciden en destacar su condición de técnico de altos vuelos en materia portuaria a nivel internacional, y su  talante como profesor, maestro y amigo leal de cuantos tuvimos la suerte de tratarlo.
  



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