LOS CAMINOS DE JORGE MANRIQUE
(1434-1479)
Este mundo es el camino
para el otro, que es morada
sin
pesar;
mas cumple tener buen tino
para andar esta jornada
sin
errar.
J.Manrique: Coplas
J.Manrique: Coplas
Una tierra muy precisa y para andar en varias “jornadas” conforma el
mapamundi recordado de la vida de Jorge Manrique, el más ilustre de los
hermanos, de todos los Manrique del sur. Son los caminos emocionados que nos
llevan y nos traen por tierras de Jaén, las bienandanzas que nos esperan por
sendas de Ciudad Real, las iluminadas rutas que nos hacen señas desde Toledo,
las encrucijadas de Cuenca por donde se esconde una vida y ya no vuelve; tal
vez las primeras y últimas batallas por Albacete. Tierras de Andalucía y
después de Castilla-La Mancha, los dos amores de una existencia que no sabía
dónde quedarse. Aquí ponemos nosotros los carteles indicadores, de un lado para
otro y bajo el cielo claroscuro de la memoria. Son tierras para leer, con las coplas
manriqueñas de la mano.
Unas coplas camineras de un poeta-soldado de Andalucía y
castellano-manchego.
1. Rutas de Jaén
a) Segura de
Y, puesto que hemos subido a este lugar
que da su nombre “de Segura” a una sierra, a un valle y a un río, lo mismo que
a todos los pueblos en derredor que todavía lo llevan o lo recuerdan (Beas,
Hornos, La Puerta ,
todos tres un día de Segura, y la
sierra y el valle y el río que atienden por el mismo nombre), tal vez nos
recuperemos de tanta altura con unos versos así de profundos: Recuerde el alma dormida / avive el seso y
despierte / contemplando / cómo se pasa la vida; / cómo se viene la muerte /
tan callando /. Para continuar después mirando la gracia, y por su orden,
del antiguo colegio tal vez de los Jesuitas, con su fachada plateresca y
actualmente Ayuntamiento de Segura de la Sierra ; luego debemos guardar unos minutos de
recuerdo (nos está mirando el Yelmo, recostado siempre en su montaña) junto al
monumento airoso que levantó Miguel Fuentes del Olmo a Jorge Manrique, leyendo
como está sus propios versos; más adelante, nos adentramos en la iglesia
parroquial, Nuestra Señora del Collado, donde está un Cristo yacente que
pudiera ser de Gregorio Hernández, y la sonrisa casi gótica, en otra capilla de
escudos y de piedra, de la
Virgen de la
Peña (hay que verla).
Antes de dejar la sombra de la iglesia, en su puerta de atrás, forzoso es detenerse en esta placeta, lugar del santo silencio (quién pudiera darle su nombre y un apellido), pues no hay en muchas leguas en derredor un encanto que comparársele pueda, con
Ahora es tiempo, otra vez, de acudir a los versos manriqueños: No se engañe nadie, no, / pensando que ha de durar / lo que espera / más que duró lo que vio, / pues que todo ha de pasar / por tal manera /. Y hemos llegado al kilómetro cero de nuestro recorrido por el espacio vital de Jorge Manrique en la memoria, pues estamos a la puerta que nos advierte del nacimiento del poeta y por sus cinco hojas de higuera, emblema de la rama de los Figueroa,
b) Siles. Segunda residencia temporal de los Manrique, en
c) Orcera. En el sitio donde los toreros actuales juegan a cara o cruz con la vida y con la muerte, hubo un monasterio franciscano bajo la advocación de Nuestra Señora de
d) Chiclana de Segura. Aquí tenía Jorge Manrique la otra cabecera (capital política) de su encomienda Chiclana-Montizón. Debió fijar, con su esposa Guiomar de Castañeda, su verdadera residencia (1467), pues la adecentó bastante y aquí nacieron sus hijos Luisa y Luis (que fue más tarde comendador del mismo lugar).
e) Baeza. En esta ciudad patrimonio de
f) Úbeda. Después de los datos del párrafo anterior [e)], y en agosto de 1477, Rodrigo Manrique, hermano de Jorge, se ve obligado a ceder los alcázares de la ciudad de Úbeda, así como a dejar su cargo de Corregidor de esta ciudad, también patrimonio de
2. Jornadas de Ciudad Real
a) Castillo de Montizón. En la raya fronteriza con la provincia de Jaén y haciendo de acantilado por el río Guadalén. Está situado dentro de una finca particular, pero no hay ningún impedimento para visitarlo. Jorge Manrique ya lo pretendía con sus hermanos durante los años 1465 y 66. Por fin, en el 1467, Jorge Manrique se adueña de la fortaleza que constituyó su encomienda económica. Tiene el aspecto de un navío de piedra en la llanura y, muy cerca, se extrañan de ver a los visitantes unos toros bravos. Esta encomienda comprendía, además, los lugares de
b) Villamanrique. Rodrigo Manrique le dio su nombre a Belmonte de
c) Alcázar
de San Juan. Lugar donde, antes de los trenes AVE, sus vías cortaban el
espacio en los cuatro puntos cardinales de España. Álvaro de Estúñiga, primo de
Jorge Manrique, rivalizaba con Juan de Valenzuela por el priorato de San Juan.
Jorge Manrique le ayuda y salen victoriosos en Alcázar de San Juan (José Víctor
Jiménez Gómez). La batalla tuvo lugar el 7 de diciembre de 1470.
3. Por sendas de Toledo.
a) Ajofrín. En este lugar, Jorge Manrique venció el día 7 de diciembre de 1470, también, a Juan de Valenzuela. Debió ser una escaramuza dispersa, pues se refiere a la misma que la referida en el apartado anterior de Alcázar de San Juan (Cruz Martínez Esteruelas). Mientras pensamos esta ironía de
b) Toledo. En esta ciudad que ha venido a ser el compendio de
c) Ocaña. Del 21 de octubre al 11 de noviembre de 1476, fueron las fechas del testamento y muerte del Maestre D. Rodrigo. Jorge Manrique con su madrastra, hermanos, familiares y criados, lo acompañaría en los últimos días de su vida. Y, ya para siempre, con la estrofa 33 de sus coplas: “después de tanta hazaña / a que no puede bastar / cuenta cierta / en la su villa de Ocaña / vino
4. En las tierras de Albacete
a) Alcaraz. En las campañas de 1475, parece estar Jorge Manrique, con su padre y su hermano Pedro, en el asedio de la fortaleza de Alcaraz (Aurelio Pretel). En la plaza de esta ciudad de ahora, y por si se vuelve más hermosa, podemos leer los versos siguientes: “Nuestras vidas son los ríos / que van a dar en la mar, / que es el morir; / allí van los señoríos / derechos a se acabar / y consumir” /.
b) Riópar. A principios de 1475, todos los Manrique (desde Riópar y Cotillas) luchan por las tierras del Marquesado de Villena (Alcalá del Júcar, Munera, El Bonillo…[A. Pretel]). Tendría contento Jorge Manrique viendo los Chorros del río Mundo, ese espectáculo de un río naciendo como nuestras vidas.
c) Chinchilla. Por pura lógica, puede
afirmarse que Jorge Manrique estuvo en la ciudad de Chinchilla, pues, desde la Puebla de Guadalupe, a 31
de diciembre de 1478, los Reyes Católicos envían una carta dando poder a Jorge
Manrique, para que, por las armas, se apodere de la ciudad de Chinchilla y
otros lugares del Marquesado (Pedro Joaquín García Moratalla). Obsérvese que,
por la fecha, sería una de las últimas batallas consignadas, unos tres meses
antes de la fatídica de Garcimuñoz, de tanta memoria.
5. Cuenca era el destino.
a) Castillo de Garcimuñoz. Luchando contra las tropas del Marqués de Villena, acaudilladas por Pedro de Baeza, Jorge Manrique fue herido de gravedad en la campaña del castillo de Garcimuñoz, recién inaugurada la primavera de 1479.
b) Santa María del Campo Rus. A Jorge
malherido en la batalla anterior, lo llevaron a su campamento cercano. Allí, en
el parque de la población y junto al río, hay una estela con texto que
sobrecoge al espíritu del viajero: “Caminante
/ que recorres / estas tierras: / recuerda que en este / prado que ahora pisas / a la
orilla del río, / instaló en el otoño de 1478 / su campamento militar / el
inmortal poeta / DON JORGE MANRIQUE / y en él vivió los / últimos meses de su
vida” /.
c) Uclés. Como un final de jornada, aquí terminan los caminos de Jorge Manrique, enterrado junto a su padre y los suyos más allegados, en el monasterio que merecidamente se llama el Escorial de
Domingo
Henares
Prof. de Filosofía
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