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Carmen Muñoz Vila. Caravaca de
Carmela se paseaba
por sus largos corredores,
con los dolores de parto
que el corazón se le parte.
¿Quién pudiera, quién pudiera
irse casa de sus padres?
y algún dolorcito que otro
me lo libraría mi madre
La suegra que estaba oyendo
Y con fin de perjudicarle:
Coge Carmela la ropa
vete casa de tus padres.
Si a la noche viene Pedro
yo le pondré de cenar,
y si pide ropa limpia,
también se la sabré dar.
Y a la noche vino Pedro.
Mi Carmela ¿dónde está?
Se ha ido casa de sus padres,
nos ha tratado muy mal,
a mí me ha tratado de mala
y a ti, hijo, de criminal,
y si no vas y la matas
a casa no vuelvas más.
Monta Pedro en su caballo
con sus espadas delante,
y al subir las escaleras,
se ha encontrado con la comadre.
¡Buenos días tengas Pedro!
ya tenemos un infante,
del infante gozaremos
de Carmela Dios lo sabe.
Levántate de ahí Carmela.
¿Como quieres que levante,
si de dos horas parida,
no hay mujer que se levante?
Levanta de ahí Carmela,
levanta sin replicarme,
que tengo yo el sable limpio
no quiero mancharlo de sangre.
Caravaca: Glorieta a principios del siglo XX
Monta Pedro en su caballo
con Carmela por delante,
las hermanas lloran y lloran,
la madre gotas de sangre.
Cuando iban más de una hora
sus palabras sin cruzarse:
Confiésate a mí Carmela
que yo no lo diré a nadie.
¿Cómo quieres, Pedro mío,
cómo quieres que te hable,
si los pechos del caballo
van regaditos de sangre?
Confiésate a mí Carmela,
que no se lo diré a nadie,
que detrás de esta iglesia
tengo intención de matarte
.
Ya se ha muerto, ya se ha muerto,
la condesa de Pinares.
que se ha muerto desangrada
Y tendremos que enterrarle
Saltó el niño de tres horas,
de tres horas no cabales:
“No se ha muerto, no se ha muerto,
que la ha matado mi padre,
por un falso testimonio,
que le ha movido su madre”.
LA HONRA PERDIDA
María Sánchez López. Caravaca de
En la provincia de Murcia
hay un pueblo al que llaman
Torrevieja que es su nombre,
así la letra declara:
Habitaba un matrimonio
de disposición regular
con un hijo y una hija
de hermosura sin igual
La que Isabel se llamaba,
de unos veinte años de edad,
a la que rondaba un mozo
con mucho amor y amistad
Ese hombre es un vicioso,
un canalla y sinvergüenza
y si de él no te apartas
muy mala vejez te espera
Si algo mal te ocurriera
yo te juro como padre
que antes de verte perdida
mejor prefiero matarte
Isabel no hizo caso
del consejo de su padre
y al cabo de poco tiempo
comprendió que iba a ser madre
Y al verse en este estado
va y se presenta a u amante
y le dice con cariño:
debes pensar en casarte
Caravaca: La Compañía
Tú ya sabes lo que pasa
Que si lo saben mis padres
me darán muchas palizas
porque no quise olvidarte
Al oír esto el novio
le dijo con gran desaire:
arréglate como puedas
que yo no pienso casarme
Además también te digo
que no vivas engañada
que desde primera hora
yo ya te tenía olvidada.
Al oír esto Isabel
no le contestó palabra
y llorando amargamente
se encamino hasta su casa.
Y cogió papel y tinta
y una carta escribió
para sus padres y amigos
dándoles el último adiós.
Echó mano a un a pistola
que su hermano allí tenía
y se fue en busca del novio
para vengar de su vida
Trabajando en una tierras
a su amante encontraba
y cuando llegó Isabel
medio se sobresaltaba
Y acercándose a él
dos tiros le disparó
y el mozo cayó por tierra
dando gritos de dolor
Viendo a su amante tendido
dijo con serenidad
tú ya te vas de este mundo,
yo te puedo acompañar.
Y empuñando la pistola
con energía y valor
contra su pecho dispara
dos tiros al corazón
Y al lado de su amante
cayó la pobre Isabel
pagando así con su vida
por aquel falso querer
Al oírse los disparos
acudieron los vecinos
y encontraron a los novios
dando el último suspiro
Caravaca: Teatro Cinema años 70
A la casa de Socorro
los llevan en dos camillas
pero cuando llegaron allí
ya los dos iban sin vida
El padre de los amantes
al ver aquella desgracia,
sin poderse contener
amargamente lloraban
En las ropas de Isabel
encontraron una carta
la cual llena de dolor
contenía estas palabras:
Padre y madre querida
perdonar mi atrevimiento
que yo me quito la vida
por no creer su consejos.
Por ser una mala hija
he llegado a este extremo
pero les pido perdón
que al hecho no hay remedio
Al ver mi honra perdida
por culpa de aquel traidor
antes de verla perdida
juré vengarme su amor
Al saber que me olvidaba
yo sola le di la muerte
para que ese canalla
no engañara a otra inocente
Adiós mi padre y mi madre,
adiós toda mi familia,
que del mundo se despide
vuestra desgraciada hija
Y aquí termina la historia
de esta valiente mujer
que antes de verse perdida
quiso vengar su querer
Juana Giralte Torrecilla. Caravaca de
Una recién casada en lejanas tierras
con la escoba barre con los ojos riega
con la boca dice ¡quien fuera soltera!.
Ala media noche un dolor le diera
un dolor de parto, que parir quisiera.
¡ay esposo mío! Si tu bien me quieres
ve casa tu madre y llamarla puedes.
levántese madre del dulce dormir
que la luz del día ya quiere venir
y la buena Rosa ya quiere parir.
Si pare que para, si no que reviente,
que es para mi gusto lo más conveniente.
¡Ay esposa mía por
ni mi madre viene ni tú te levantas.
¡ay esposo mío! Si tu bien me quieres
ve casa tu hermana y llamarla puedes.
levántate hermana del dulce dormir
que la luz del día ya quiere venir
y la buena Rosa ya quiere parir.
Si pare que para, si no que reviente,
que es para mi gusto lo más conveniente.
¡Ay esposa mía por
ni mi hermana viene ni tú te levantas.
¡ay esposo mío! Si tu bien me quieres
ve casa mi madre y llamarla puedes.
¡levántese suegra del dulce dormir
que la luz del día ya quiere venir
y la buena Rosa ya quiere parir.
Espérame yerno, espera en la puerta;
Mientras aparejo mi elegante yegua.
Con ricos pañales, vistosas mantillas,
Cojo unos conejos y también gallinas.
En medio el camino oyeron doblar
Dime pastorcillo, dime la verdad
¿Por quien han doblado en esa ciudad?.
Por una recién casada de lejanas tierras
Que murió de parto por no haber parteras,
Por malas cuñadas y peores suegras
El esposo llora la muerte su esposa
La muerte del hijo, la muerte de Rosa.
La madre lloraba la muerte de su hija
Que por vivir lejos no pudo asistirla
LOS NOVIOS
Carmen Muñoz Vila. Caravaca de
Yo conocí a dos novios
que se querían,
Juan le miraba a ella
se sonreía,
y ella sabía,
que su amiga Dolores
lo entretenía.
Y un domingo en la tarde
fue a pasear,
Juan no tenía ganas
con ella hablar,
y ella sabía,
que su amiga Dolores,
lo pretendía.
Y ella ha caído mala
fueron a verla,
y a ver como se hallaba
la pobre Adela
y ha preguntado,
que si había visto a Juan,
por algún lado.
Y una de sus amigas
Le ha respondido:
Piensa en ponerte buena,
bien te lo digo,
porque Juan,
con tu amiga Dolores,
se va a casar.
Madre cierra la puerta,
ven a mi lado,
que antes de morir quiero,
darte un encargo,
no me lo niegues
que a los pies de mi tumba,
llorarás siempre.
Madre cuando me muera
viste mi cuerpo
con mi traje de novia
yo así lo quiero
y en mi garganta,
aquel collar de perlas,
que Juan me daba.
Madre cuando me muera
me pones flores,
todas vendrán a verme
menos Dolores
y si viniera
del portal de la calle,
que se volviera.
¿Madre, qué hora es?
Hija, la una.
Y antes de que amanezca
seré difunta.
No digas eso,
que te estás mejorando
dame otro beso.
A otro día en la mañana
amanecieron
tocando las campanas
y a todo vuelo
y ha preguntado:
¿De quién es esa difunta,
que están doblando?
Y una de sus amigas
le ha respondido,
Es la pobre Adela
y ha suspirado:
¡ Adela mía!
nunca me lo pensaba,
que te morías.
Y a las seis de la tarde
pasó el entierro,
Juan estaba en la puerta,
se metió dentro,
sacó el retrato,
y a los pies de su amada,
dice llorando:
Novios que tengáis novias
no las probéis,
es una tontería
de las que hacéis,
yo la he probado,
y Dios por castigarme,
se la ha llevado.
Y a otro día en la mañana
Juan quiso ir,
y a la tumba de Adela
para sufrir.
¡Y Adela mía!
nunca me lo pensaba,
que te morías.
Y salta el sepulturero
muy afligido.
Levántese de ahí
mi buen amigo,
váyase a casa
porque de Adela
los restos que le quedan,
son para la tierra.
Juan se marchó a su casa
muy afligido,
y a las tres de la tarde
se ha dado un tiro,
y así se acaba,
la historia de Juan,
y de su amada
UN COMERCIANTE EN BILBAO
Norberta Sánchez, Caravaca de
Un comerciante en Bilbao
con créditos y riquezas
tan sólo tenía una hija
que era grande su belleza
El comercio es de tejidos
y tenía diez dependientes
mirando bien por
honrados y muy prudentes.
Uno de estos dependientes,
Ramón Pérez se llamaba,
representaba de jefe
cuando D. Joaquín faltaba.
Desde la edad de diez años
en este comercio estaba
con dos años Mariquita
y así pasaron su infancia.
Diecinueve años María
y veintisiete Ramón
los dos se han enamorado
con una loca pasión.
Cuando tu padre se entere
del amor que nos abrasa
lo tengo por entendido
me despiden de
Si mis padres te despiden
presta paciencia y valor
porque tenemos bastante
con el querer de los dos
Está muy bien, vida mía,
nuestro cariño es muy grande,
no quiero yo que por mí
martirio te den tus padres.
Si mis padres me castigan
por causa de nuestro amor,
todo lo sufro con gusto
menos olvidarte yo
Se pasaron siete meses
y D. Joaquín se enteró
del amor que se tenían
y ha despedido a Ramón.
Él al verse despedido
a Don Joaquín demandaba
defendiendo sus derechos
diez mil pesetas reclama
Don Joaquín coge a su hija
dentro de una habitación
y le dice muy soberbio:
¿es que amas a Ramón?
Padre de mi corazón,
a usted lo han equivocado,
lo apreciamos en la casa
y sólo en eso he pensado
Ya veo muy claro, María
que es grande vuestro querer
te meteré en un convento
donde no lo puedas ver
Y aquel padre sin conciencia
en un convento la mete
donde lloraba su ausencia
y su desgraciada suerte.
Se pasaron siete meses
sin enterarse Ramón
en donde estaba María,
que era el ángel de su amor.
Por fin, a los siete meses,
una mujer lo enteraba,
de donde estaba María
en un convento encerrada
la suerte la dio un pastor
que alimentaba sus cabras
con la yerba de aquel huerto
que todos los días segaba
una tarde el pastorcillo
que cuidaba de sus cabras
se le acerca un caballero
y le dice estas palabras.
¿de donde traes la yerba
con que las cabras alimentas?
Es del huerto del convento,
todos los días voy por ella
Yo te quiero preguntar,
si me guardas el secreto,
¿Cuándo tú siegas la yerba,
dime quien ves en el huerto?
He visto a una señorita
que por el huerto paseaba
es muy grande su hermosura,
pero pálida su cara.
Le entregarás esta carta
que es un secreto muy grande
se la darás en la mano
sin que te pueda ver nadie
Todo cuanto usted me dice
de buena gana lo haré
y sin ser visto por nadie
la carta le entregaré
Metió mano el caballero
cien pesetas le alargó
y el pastorcillo contento
miles de gracias le dio.
A la vuelta del pastor
trae una carta de María
y en sus primero renglones
de esta manera decía:
Ramón querido del alma
sácame de este convento
que eres la única esperanza
que en este mundo yo tengo.
No me eches en olvido
a tu adorada María
si no me sacas de aquí
me moriré cualquier día.
Prepárate de una cuerda
que esta noche es la ocasión,
tú te subes a la tapia
que en el huerto estaré yo.
Él se prepara la cuerda
como ella le mandó
y cuando subió a la tapia
a María divisó.
Le tiró la cuerda al suelo,
como pudo se amarró
y aunque con muchas fatigas
a lo alto la subió.
Y la bajó hasta la calle,
haciendo fuerzas Ramón,
con coraje y valentía
se ponen en salvación.
Cuando salvados se vieron
sus tristes penas contaron
y montándose en un tren
a Barcelona marcharon.
El primer tren 29 mayo 1933
Tiene Ramón un amigo,
lo quiere como a un hermano,
y le ha puesto un gran comercio
que en Barcelona es nombrado
El padre de Mariquita
de pesadumbre murió,
para ellos fue el caudal.
D. Joaquín fue el que perdió
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