Hoy estaba yo asentao en el poyete, mirando la carretera y en esto que viene un coche y lo vide que se paraba en el cortijo de abajo y se abajaron unos tíoh con corbata y me dije pa mí:
- ¡Date, a sacar cuartoh vienen!
Lo cual que, como yo no tengo un duro, me quedé sin meneame, allí bien pancho y pensando a quién vendrían a sacale el ámago loh forasteroh. Y entonces me vino a la cabeza una cosa que paece que la estoy viendo.
Hará ya sus veinte años, si no son máh, que estábamos un día en el monte con lah ovejah y unah cuantah cabrah, mi hijo el mayor y yo, y estaba allí José Francisco el de la Elena y enesto que , de buena mañana, llega un avioneto y empieza que si voy que si vengo: se iba po lah cumbreh de Beah, luego trasponía por el Calar del Cobo y venga p'acá y p'allá que paecía lanzadera de telar. Con que nusotroh la mirábamos dar vuertah y cada uno dicía una cosa:
- Se l'habrá perdío una sortija...
- Eso es que está buscando a su hermanico el chico, que se le ha perdío...
Y así y ya leh digo yo.
- Mira, muchacho, no seaih tontoh que esoh si están haciendo aquí es si ven un duro en loh lentiscoh, venir a lleváselo. Lástima no fuera que alguna vez vengan aquí a otra cosa que a dar por saco...
En esto me recuerdo que llegó el guarda, que traiba unoh antiojoh, y ya que dice buenos dias, le dejó loh antiojoh a m'hijo y estuvo mirando y José Francisco también. Yo no y me quise:
- Cá, déjelo, si veo bien a ojo esnudo.
Y es que me da por saco cuando llegan haciéndose loh sacheh con suh arteh..
Bueno, el caso es que yo dije aquello y por maravilla llegó al año y ya noh habían subío la contribución, que era a lo que venía el avión, vaya leche. A lo visto iba haciendo retratoh de tó y salía tó el campo. Resulta que uno quiso protestar porque dicía que le habían puesto de máh. Le enseñaron el afoto y se contaban dista las cajorerah. Y es que p'hacenos la puñeta no saben que inventar, ahora pa amparanoh, te puéh joer.
- ¡Date, a sacar cuartoh vienen!
Lo cual que, como yo no tengo un duro, me quedé sin meneame, allí bien pancho y pensando a quién vendrían a sacale el ámago loh forasteroh. Y entonces me vino a la cabeza una cosa que paece que la estoy viendo.
Hará ya sus veinte años, si no son máh, que estábamos un día en el monte con lah ovejah y unah cuantah cabrah, mi hijo el mayor y yo, y estaba allí José Francisco el de la Elena y enesto que , de buena mañana, llega un avioneto y empieza que si voy que si vengo: se iba po lah cumbreh de Beah, luego trasponía por el Calar del Cobo y venga p'acá y p'allá que paecía lanzadera de telar. Con que nusotroh la mirábamos dar vuertah y cada uno dicía una cosa:
- Se l'habrá perdío una sortija...
- Eso es que está buscando a su hermanico el chico, que se le ha perdío...
Y así y ya leh digo yo.
- Mira, muchacho, no seaih tontoh que esoh si están haciendo aquí es si ven un duro en loh lentiscoh, venir a lleváselo. Lástima no fuera que alguna vez vengan aquí a otra cosa que a dar por saco...
En esto me recuerdo que llegó el guarda, que traiba unoh antiojoh, y ya que dice buenos dias, le dejó loh antiojoh a m'hijo y estuvo mirando y José Francisco también. Yo no y me quise:
- Cá, déjelo, si veo bien a ojo esnudo.
Y es que me da por saco cuando llegan haciéndose loh sacheh con suh arteh..
Bueno, el caso es que yo dije aquello y por maravilla llegó al año y ya noh habían subío la contribución, que era a lo que venía el avión, vaya leche. A lo visto iba haciendo retratoh de tó y salía tó el campo. Resulta que uno quiso protestar porque dicía que le habían puesto de máh. Le enseñaron el afoto y se contaban dista las cajorerah. Y es que p'hacenos la puñeta no saben que inventar, ahora pa amparanoh, te puéh joer.
AEMILIUS
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